Prevalecen riesgos importantes: Carstens

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El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, llamó a establecer medidas que contribuyan a reducir la volatilidad en los mercados financieros internacionales, luego de advertir que aún prevalecen riesgos importantes que deberán atenderse.

En la economía mundial prevalecen los riesgos, dijo, y, al respecto, ejemplificó los problemas fiscales en Estados Unidos, la frágil estabilidad de la zona euro, y la recesión a causa del alto desempleo, entre otros.

Durante la reunión en Moscú del G-20, que agrupa a las principales potencias industrializadas y emergentes en busca de poner fin al “estancamiento” de la economía mundial y la esperanza de alejar la amenaza de una “guerra de monedas”, que Japón reavivó, el funcionario mexicano alertó además que “una tormenta perfecta podría estar formándose”. Carstens reconoció que en este 2013 se percibe un mayor optimismo respecto al futuro de la economía mundial, sobre todo porque Estados Unidos logró evitar el precipicio fiscal, sin embargo, pormenorizó que hoy en día se tiene registro de que hay flujos masivos de capital hacia algunas economías emergentes y avanzadas, y esa situación podría provocar el fenómeno de una tormenta.

Además, se mostró preocupado por el surgimiento de burbujas, es decir, la manipulación de precios de activos, y además por la posible reversión de los flujos cuando las principales economías avanzadas comienzan salir de su postura acomodaticia de la política monetaria.

“La preocupación de las burbujas de precios de activos alimentados por auges de crédito están empezando a aparecer en algunas economías, aunque todavía no está en México”, expresó.

Ante esas situaciones llamó al organismo a recuperar su sentido de propósito común, pues a medida que los ciclos económicos y de crédito en diferentes partes del mundo se distanciaron, el consenso y la unidad para la coordinación de políticas y la colaboración se debilitaron.

“No debemos olvidar que vivimos en un mundo interconectado, por lo que una solución de colaboración para los problemas que enfrentamos hoy en día sería mucho más gratificante en términos de los beneficios que se manifiestan en un mayor crecimiento económico y la creación de empleo en el contexto de la estabilidad financiera, así como en términos de minimizar los costos de ajuste inevitables” afirmó.

Expresó asimismo que “no debemos debilitar nuestro compromiso de fortalecer las principales instituciones financieras internacionales” como el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque lamentó los escasos esfuerzos colectivos para prevenir las crisis.

Lucha contra el estancamiento

Al respecto, en la reunión el G-20 se discutió que el principal desafío es el de sacar “la economía mundial del estancamiento y de la incertidumbre para ponerla en una trayectoria firme de crecimiento”, declaró el presidente ruso Vladimir Putin al inaugurar en el Kremlin la sesión de reuniones.

Por primera vez en mucho tiempo los temores sobre un estallido de la zona euro y de su moneda no focalizan los debates de la reunión, pero las estadísticas publicadas la víspera de este encuentro pusieron nuevamente a Europa en la mira: la recesión fue más grave que lo previsto el año pasado en zona euro. Y “la economía sólo se reactivará lentamente en 2013”, advirtió en Moscú el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Se trata del principal freno a la reactivación mundial.

Rusia hizo justamente de la búsqueda de nuevas “fuentes de crecimiento” una prioridad de su presidencia del G-20, que culminará con una cumbre a principios de septiembre en San Petersburgo.

Guerra de monedas

Los temores de una “guerra de monedas” provocados por un encadenamiento de devaluaciones competitivas llevadas a cabo por países en búsqueda de crecimiento fueron reavivados por el reciente giro japonés. El Banco Central de Japón cedió a las presiones del Gobierno para sostener la economía creando monedas, una política común en Estados Unidos, pero que se prohíbe aplicar el Banco Central Europeo (BCE).

“La ‘guerra de monedas’ estará nuevamente en el primer lugar del orden del día del G-20, ya que los principales países emergentes (Brasil, India, Turquía y Rusia) acusarán nuevamente a Occidente de debilitar deliberadamente o de facto su propia moneda, lo que refuerza las divisas de las economías emergentes”, estimó el economista Jan Randolph, de IHS Global Insight.

El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, criticó en tanto las políticas de expansión monetaria de algunos países como método para enfrentar la crisis, que en su opinión llevan a la valorización del real sobre el dólar en lo que Brasil denuncia desde 2010 como una “guerra cambiaria”.

Sin embargo, el FMI) y la OCDE negaron que los países libren una “guerra de divisas”.

“El actual debate sobre la ‘guerra de divisas’ no tiene fundamento”, afirmó Christine Lagarde, directora gerente del FMI, citada por las agencias locales.

Lagarde, que hizo estas declaraciones tras reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, subrayó que la actual cotización de las diferentes divisas refleja su valor real. “Efectivamente, en los últimos tiempos el euro se ha apreciado y el yen se ha depreciado, pero esto ocurrió como resultado de unas acertadas medidas políticas adoptadas por Europa y por la suavización de la política monetaria y crediticia en Japón”, señaló.

En la misma línea, José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), aseguró que “no hay ninguna ‘guerra de divisas'”. “Al día de hoy, la amenaza de una guerra de divisas es menor que hace dos o tres años. Yo no creo que debamos seguir librando guerras que ya han terminado. Vamos a pensar sobre el futuro, sobre el aumento de la productividad y de la competitividad”, afirmó en rueda de prensa.

Gurría destacó que Japón, que se ha granjeado un aluvión de críticas por su política monetaria expansiva para impulsar sus exportaciones, lo que ha provocado la devaluación del yen, se encuentra en deflación desde hace diez años.

“Ellos tienen un paquete de incentivos adicionales y relajan la política monetaria y crediticia. Sí, el yen se deprecia por esto, pero no porque ellos manipulen la cotización de la moneda nacional”, dijo.

Agencias