Personas que vestían como policías en el municipio de Joaquín Amaro, Zacatecas, torturaron asesinaron y quemaron a los cazadores provenientes de Guanajuato, relató uno de los sobrevivientes.
Ante el Ministerio Público, Mario Cordero Anguiano, familiar de tres de los cazadores, declaró que el guía del grupo, quien escapó a la masacre, le relató que fueron interceptados por policías municipales y, luego, entregados a otro grupo de uniformados del poblado de Plateado, en Zacatecas.
La Procuraduría guanajuatense dijo que Cordero le detalló que “les indicaron que debían mostrar los permisos de portación de armas de cacería que llevaban y que tenían que hacer un chequeo en un poblado cercano”.
Después, “fueron recibidos por otro grupo de policías municipales, los cuales los amarraron, los golpearon y torturaron, los subieron a unas camionetas y los llevaron a una brecha de terracería entre la sierra.
“En ese transcurso, el cazador (el guía) saltó de la camioneta y corrió a pesar de ir lesionado de una pierna por impactos de bala. Logró huir. Además, pudo observar cómo rafagueaban al grupo de amigos y, por último, vio cómo quemaban los cuerpos”, dijo Cordero, quien se comunicó con el guía, apodado “El Tongas”, con quien se comunicó vía telefónica.
Por su parte, el procurador de Zacatecas, Arturo Nahle García, indicó que los siete agentes de Joaquín Amaro, donde habrían sido levantados los cazadores, están declarando. Más tarde, se informó que fueron arraigados.
“(Uno de ellos) nos está dando información que nos está llevando, tentativamente, a confirmar el hecho de que sí fueron detenidos por la Policía Preventiva los cazadores y, muy probablemente, pudieron haber dado entrega de los detenidos al grupo armado”, reveló Nahle.
También informó que en total, son ocho los guanajuatenses desaparecidos.
Información obtenida del grupo Reforma
