Pese a la promesa de austeridad presupuestaria, ésta no se ve reflejada en el gasto público, sobre todo en lo que se refiere al Ejecutivo.
En el primer trimestre del año, el gasto programable sumó 937 mil 818 millones de pesos, monto 13.7 por ciento superior en términos reales al mismo periodo de 2014, según el informe de finanzas públicas de la Secretaría de Hacienda.
En tanto, el gasto corriente se elevó 11.9 por ciento. El correspondiente a la nómina del sector público cayó, en su conjunto, 2 por ciento.
Sin embargo, mientras las entidades de control directo, como Pemex y la CFE, disminuyeron 5 por ciento lo que desembolsan en nómina, las secretarías del Gobierno federal lo aumentaron en la misma proporción.
De hecho, la Federación no sólo elevó su gasto en nómina, sino todo su presupuesto.
Por ejemplo, la Presidencia de la República erogó, en el primer trimestre del año, mil 95 millones de pesos, 53.8 por ciento más en términos reales que en 2014.
“(Fue por) mayores recursos para apoyar los programas a cargo de la dependencia”, se justifica en el informe.
En las Secretarías de Gobernación, Hacienda, Desarrollo Social y Turismo, el gasto aumentó 74.5, 38.8, 52.5 y 49.5 por ciento, respectivamente.