Presidencial 2018: indecisos decidirán la elección: Raúl Castellanos

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Iniciadas las campañas para alcanzar “La Silla de Krauze” -versión Peña Nieto FIL de Guadalajara- el juego de la especulación está en todo su apogeo; las encuestas, la mayor parte “trajes a la medida” son el gran negocio; si bien casi por unanimidad López Obrador aparece como puntero -casi- inalcanzable; lo cierto es que esto se definirá hasta que, como en el beisbol el TEPJF “cante” el último out.

Quien abrió fuego formalmente fue Margarita Zavala; después de implementar una estrategia de “control de daños” por el alto porcentaje de firmas irregulares que presentó ante el Instituto Nacional Electoral, inició actividades en el Ángel de la Independencia. Con un evento con no más de doscientas personas según las crónicas. Apegada al “script” del discurso de “garantizar seguridad” a los mexicanos se mantuvo escoltada en todo momento por su esposo Felipe Calderón, con el evidente simbolismo de que se trata de un intento de reelección por interposita persona.

Dos hechos resultan simbólicamente ilustrativos de su forma de pensar y sus vínculos a futuro. En entrevista con el periodista Jorge Ramos planteo la creación de una figura jurídica especial para las personas del mismo sexo que decidan formalizar su relación ante el Estado argumentando sus creencias religiosas, afirmación que el entrevistador calificó como discriminatoria.

El otro, tiene que ver con ir preparando las condiciones, para lo que yo advierto como una inminente declinación, hacia mediados de junio, cuando ronde los entre 9 y 12 puntos que le pronostican los especialistas, a favor de José Antonio Meade; lo que en estricto sentido se vale, no sería la primera vez que ocurriera.

El pasado lunes el candidato de la coalición “Todos por México” retó a sus adversarios de “Juntos Haremos Historia” y “Por México al Frente” a un debate público sobre nuestra -apunto- situación inmobiliaria y patrimonial y concluyo en su cuenta de twitter “el que nada debe nada teme. Que todos sepan quién es quién en esta elección. ¿Le entran?”.

De inmediato Margarita Zavala a través de las redes sociales acepto y escribió “todos debemos presentar nuestra situación patrimonial para que la sociedad pueda tomar una decisión informada”. La respuesta de Meade por el mismo conducto fue categórica “Bienvenida al debate @Mzavalagc. En honor a la verdad, jamás he dudado de que tú y tu familia viven de acuerdo con su ingreso bien habido. Lamentablemente, no veo lo mismo en el caso de @lopezobrador_ y @RicardoAnayaC”.

Anaya por su parte sostuvo un encuentro con jóvenes en la Expo Santa Fe. Parece clara su apuesta narrativa por el potencial de las nuevas tecnologías –lo que sea que eso signifique- así como en la lucha frontal contra los actos de corrupción de la actual administración federal. En el marco de las propuestas concretas, dijo que de ganar la contienda reducirá el precio de las gasolinas en los estados fronterizos, así como el impuesto al valor agregado. Y copiando el estilo de “ya saben quién”, inició sus conferencias mañaneras, que por lo que cuentan son más bien “monólogos”.

Ya en el terreno de juego, se fue a Celaya a realizar su primer acto masivo en el estadio Miguel Alemán Valdés; repitiendo la historia de Josefina Vázquez Mota hace seis años en el estadio Azul, un calor agobiante, un retraso en el inicio del acto de más de una hora, se dijo que, porque el candidato a gobernador Diego Sinhué no llegaba y unas gradas semivacías.

López Obrador partió hacia la frontera a Ciudad Juárez donde realizo su primer acto masivo que no lo fue tanto; confiado en las encuestas bromeo con una nueva presentación del amlodipino, ahora de ciento sesenta miligramos “que ayuda mucho a serenarse…nuestros adversarios están muy nerviosos” argumento. Mantiene el mismo discurso en contra del nuevo aeropuerto y las reformas energética y educativa; en contraparte ofrece pensiones, becas, salarios universales y bajar impuestos que según analistas serios costarían varios billones de pesos más de presupuesto.

Ayer Carlos Loret de Mola escribió en su columna: “En el gabinete de López Obrador ya se dicen unos a otros “señor secretario” “señora secretaria”. No hay peor enemigo que el exceso de confianza” y concluyo “un exceso de confianza puede derivar en no cuidar bien las casillas, en ensoberbecerse y no mandar señales de certidumbre a quienes las necesitan, en no darle seriedad y el peso que merecen los debates. En síntesis, un exceso de confianza puede derivar en el desplome”.

José Antonio Meade, desde Mérida mostro un cambio de actitud, echado para adelante sostuvo que a pesar de las circunstancias que hoy no le favorecen está dispuesto a revertirlas. Desde Sonora ratifico siete propuestas bien articuladas sobre justicia a las trabajadoras del hogar, educación, arte y cultura, salud, piso parejo en las políticas sociales, combate frontal a la inseguridad y respeto al estado de derecho.

En el ámbito de lo mediático, su convocatoria a López Obrador y Ricardo Anaya a debatir sobre sus patrimonios inmobiliarios y financieros alcanzo resonancia; AMLO respondió “no voy a caer en ninguna provocación, no me voy a enganchar en ningún debate”. Anaya le dijo a Ciro Gómez Leyva “quiero debatir con López Obrador no con el que va en tercer lugar”. Margarita Zavala –como ya apuntamos líneas arriba- sin estar convocada acepto recibiendo de Meade una respuesta que hace pensar en un acuerdo para ir por Ricardo y en una declinación llegado el momento.

En este contexto a cinco días de iniciadas las campañas las tendencias comienzan a moverse; algunos medios serios ayer colocaron a Meade en segundo lugar; los debates del INE inevitables serán determinantes y sobre todo el voto de los indecisos, que según todas las predicciones fluctúa entre el 19% y el 27% será decisivo en la elección presidencial.

Lo cierto es que a pesar de la foto del día, esto se definirá hasta que el TEPJF diga la última palabra.

¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?

https://youtu.be/JUAl-r1dKOI

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / @rcastellanosh