El Papa Benedicto XVI presidió la misa de la Epifanía, ligada a la adoración de los Reyes Magos a Jesús recién nacido, y aseguró que aquellos sabios de Oriente –con toda probabilidad- siguieron una Super Nova que los guió a Belén.
“Se ha discutido mucho sobre qué clase de estrella (los) guió. Se piensa en una conjunción de planetas, en una Super Nova, es decir, una de esas estrellas muy débiles al principio pero que debido a una explosión interna produce durante un tiempo un inmenso resplandor”, explicó.
“Que los científicos sigan discutiéndolo. La gran estrella, la verdadera Super Nova que nos guía es el mismo Cristo”, agregó.
Pero destacó que después también se acercaron los sabios del mundo, grandes y pequeños, reyes y siervos, hombres de todas las culturas y pueblos que fueron precedidos por los sabios de Oriente pero que, a través de los siglos, serán muchos más.
“Es probable que hubiera muchos astrónomos en la antigua Babilonia, pero solo estos pocos se encaminaron y siguieron la estrella que habían reconocido como la de la promesa, que muestra el camino hacia el verdadero rey y salvador”, añadió.
Estableció que los Reyes Magos eran personas con un corazón inquieto, que no se conformaban con lo que es aparente o habitual.
Eran hombres en busca de la promesa, en busca de Dios. Y eran hombres vigilantes, capaces de percibir los signos de Dios, su lenguaje callado y perseverante, apuntó.
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