Mientras el mundo entero se levanta en contra del “fracking”, en México se pretende implementar esta técnica para perforar hasta 22 mil pozos en cuencas hidrográficas, acuíferos y territorios indígenas, lo que significaría un atentado al medio ambiente y sus recursos naturales, sentenció el senador oaxaqueño Benjamín Robles Montoya.
Para evitar un ecocidio, el representante popular presentó ante el Pleno del Senado de la República una reforma al artículo sexto de la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente a fin de impedir la extracción de gas natural mediante este método.
“Vengo a plantear la presente iniciativa que busca limitar cualquier tipo de técnica de exploración y de explotación de hidrocarburos, denominada ‘no convencional’, hasta que se demuestre científicamente que no es causa de peligro para el medio ambiente y la salud humana”, expresó Robles Montoya.
Sostuvo que cuando la Reforma Energética se aprobó, el fracking ya estaba prohibido en Francia, Bulgaria, Alemania, Suiza, República Checa y en muchos otras partes del mundo. Y es que tales suspensiones se dieron porque los químicos usados habían envenenado lagunas, pastizales, ganado, sistemas de riego y de agua, además de serias afectaciones a la salud.
De llevarse a cabo esta práctica, enfatizó que se violaría también la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente que en su artículo primero establece por objetivo: “garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente sano para su desarrollo, salud y bienestar”.