El inédito rescate de los 33 mineros atrapados en Chile está a punto de su desenlace final, pues se espera que este lunes culminen las operaciones para proteger el túnel por el que serán izados y se ensayen las maniobras para subirlos desde el fondo del yacimiento.
En medio de una gran expectativa mundial, los 33 mineros atrapados desde el 5 de agosto deberían empezar a salir, uno por uno, desde el próximo miércoles, si todo sale como está previsto.
El ‘campamento Esperanza’, donde se encuentran los familiares, ya se prepara para el gran recibimiento de sus 33 héroes, 32 chilenos y un boliviano, frente a cientos de periodistas que han llegado hasta el desierto de Atacama para ver un final de esta historia.
Para recibir a los mineros estarán también, previsiblemente, el presidente chileno, Sebastián Piñera, y su homólogo boliviano, Evo Morales.
“Ya no aguantamos más. Queremos tenerlos pronto con nosotros”, dice Clarina Segovia, hermana del minero Víctor Segovia, uno de los 33 mineros que quedaron sepultados por un derrumbe en una Mina en San José, al norte de Chile.
En una conferencia de prensa, el ministro de Minería, Laurence Golborne, que se ha convertido en un estrecho amigo de los familiares, señaló que cree que el rescate se iniciará “en torno al día miércoles”, pero advirtió de que los plazos se pueden extender o acelerar levemente dependiendo de “algunos imponderables”.
Finalizando el revestimiento del túnel, también este lunes se prevé instalar la grúa para el desplazamiento de la cápsula que subirá uno a uno a los mineros y luego deberán hacerse las pruebas necesarias con la cápsula en vacío.
Tras observar el ducto a través de una cámara de vídeo, los encargados del operativo de rescate decidieron proteger con tubos metálicos tan sólo la parte superior del conducto de 622 metros de largo y 66 centímetros de diámetro por el cual saldrán los mineros en una cápsula especialmente diseñada.
El fin de semana fue de una celebración tras otra en el campamento Esperanza.
No es para menos: una de las perforadoras alcanzó el sábado el taller donde estaban los mineros, a más de 600 metros bajo tierra, y las autoridades pudieron estimar la fecha del rescate tan esperado.
Los mineros conversaron con sus familias el sábado y el domingo. “Lloraron, se abrazaron entre ellos” para celebrar su inminente rescate, contó a AFP el hermano de Darío Segovia.
Pero algunos de ellos expresaron sus nervios ante la etapa final de la odisea.
“Está muy contento, pero muy, muy nervioso”, contó Alberto Segovia, después de hablar con Darío.
Carolina Narváez, esposa del minero Raúl Bustos, relató no obstante que su marido “está feliz y lo único que quiere es salir”.
El trayecto en la cápsula hacia la superficie sumado al tiempo para que baje por otro minero tardará alrededor de una hora, por lo que se estima que será necesario un día y medio para completar la operación de rescate.
En estas últimas horas los mineros deberán prepararse también con actividad física que incluya ejercicios cardiovasculares que los preparen para ascender en la cápsula. En las últimas horas deberán hacer una dieta especial para no tener náuseas durante el ascenso.
Según uno de los médicos a cargo del equipo de rescate, Jean Romagnoli, este lunes se instalará en la cápsula el sistema de monitoreo de signos vitales.
“El objetivo es que vayan leyendo las constantes vitales para que ellos mismos hagan su propio control en tiempo real de sus signos vitales”, contó.
Esto les permitirá mantenerse ocupados y concentrados en algo vital y no en el ascenso mismo, añadió a AFP.
Una vez en la superficie, los que se encuentren en buen estado pasarán unas horas con su familias para el ansiado reencuentro y de allí partirán en helicóptero al hospital de Copiapó para una revisión médica.
Unos dos días después podrán festejar a lo grande. Y casi todos los familiares ya preparan su propia fiesta.
Luis Galleguillos relató que tuvo un encargo muy especial de su amigo y vecino de toda la vida, el minero Esteban Rojas. “Me pidió que prepare una gran fiesta”, contó a AFP.
Rojas se casará por el rito católico con Jessica Yáñez, y ya los amigos han convocado a una una gran celebración para lo cual una calle permanecerá cerrada hasta altas horas de la noche.
A la semana habrá un almuerzo con sus más allegados: “Allí nos podrá contar todo lo que ha vivido allá abajo”, narró.
AP