MÉXICO, D.F. La adecuada preparación del personal docente para mejorar la educación en México es un derecho de maestros y estudiantes, que el Estado está obligado a proporcionar; no debe verse como una obligación ni como una condición para que un maestro pierda su fuente de trabajo, asentó el senador del PRD Benjamín Robles Montoya.
En nombre del Grupo Parlamentario del PRD, en la discusión para votar las leyes secundarías de la reforma educativa, el legislador oaxaqueño señaló que existe una gran reticencia del poder público para reconocer su responsabilidad en el deterioro de la educación en este país, optando por señalar como únicos culpables a los maestros.
“A final de cuentas, si un maestro no está bien preparado para impartir clases y si la educación que se imparte en México no es de buen nivel, el Estado tiene responsabilidad al no darle la preparación adecuada a los docentes, al no modernizar los planes de estudio y al suministrar libros de texto plagados de todo tipo de errores, incluyendo errores ortográficos”, reprochó Robles Montoya en sesión extraordinaria del Senado de la República.
Puntualizó que en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) son conscientes y reconocen que hay deficiencias importantes en la preparación de los maestros, que se debe trabajar para corregir esa situación, pero no privando de su fuente de empleo a un maestro como sanción por su falta de preparación, porque también es responsabilidad del Estado.
“Lo que se necesita es garantizar para ellos una adecuada preparación, no sólo como su obligación, sino también como un derecho de los educadores y de los estudiantes que integran el sistema educativo nacional”, reiteró.
Asimismo, mencionó que el movimiento social que se ha dado en la Ciudad de México con motivo de la aprobación de estas leyes secundaria es consecuencia de la estafa de la que fueron objeto los maestros.
Ya que refirió que después de la aprobación de la reforma constitucional en materia de educación, desde el ámbito del Congreso de la Unión se les aseguró que sus opiniones y propuestas serían tomadas en cuenta en la redacción de la legislación secundaria, se organizaron foros, se les invitó a presentar sus propuestas, y todo para que al final estos canales de interlocución terminaran por ser sólo un diálogo de sordos.
Y es que dijo que la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, que fue la única mesa donde realmente se abrió el debate, llegó al Senado con matices, con modificaciones, que en ningún momento fueron discutidas por los legisladores, legítimos responsables de la representación política.
“Lo que vemos en el presente dictamen es la intención del Gobierno Federal de legislar en nombre del Congreso. De abrogar el debido proceso legislativo imponiendo pactos cupulares que nada representan la voluntad popular”, reclamó el senador Benjamín Robles.
Por lo que, precisó que los senadores del PRD mantienen como inquebrantable convicción la defensa de la autonomía y Soberanía del Poder Legislativo. Y la aprobación del dictamen presentado, sin permitir modificación alguna, significa agachar la cabeza frente al Ejecutivo, traicionar el mandato constitucional y legislar de espaldas a la sociedad. Algo que por supuesto nunca estarán dispuesto a hacer.
SENADORES PRD COMPROMETIDOS CON EDUCACIÓN
El legislador destacó también que los senadores del PRD instalaron mesas de diálogo, mostrando su compromiso social y servir como puentes de conciliación entre representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y Gobierno, para darle una salida conciliada al conflicto social y que se pueda iniciar el ciclo escolar en todo el país, ya que como representantes populares es con los niños el principal compromiso que tienen para impulsar la reforma educativa.
“El colmo del cinismo, hay quienes todavía se atreven a acusar a los maestros de tener secuestrado al Congreso, cuando fue el Gobierno Federal quien los engañó y ahora el Congreso paga esa irresponsabilidad”, recriminó el representante popular de Oaxaca.
Y precisó que todos estos reclamos, todas estas confrontaciones se habrían podido evitar con sólo un poco de apertura, de disposición, pero en lugar de eso se optó por la simulación, el engaño y la cerrazón.