El organismo dijo que la mayoría de los ejecutados fueron penalizados por delitos relacionados con las drogas, sin embargo tres de ellos eran presos políticos
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), Navi Pillay, expresó hoy su alarma por los 66 ejecutados en Irán en enero pasado, entre ellos tres presos políticos.
‘Estoy alarmada por el aumento dramático de personas ejecutadas en Irán desde principios de este año’, dijo Pillay en un comunicado respecto a reportes iraníes, aunque señaló que algunas fuentes sugieren que incluso el número podría ser mayor.
Pillay dijo que la mayoría de los ejecutados fueron penalizados por delitos relacionados con las drogas, sin embargo, al menos tres de ellos eran presos políticos.
‘Hemos instado a Irán, una y otra vez, a poner fin a las ejecuciones. Estoy muy consternada de que en lugar de hacer caso a nuestras llamadas, las autoridades iraníes parecen haber intensificado el uso de la pena de muerte’, señaló Pillay.
Pillay manifestó especial preocupación por los casos de Jafar Kazemi, Mohammad Ali Haj Aqaei y otro hombre cuya identidad no fue divulgada, quienes estaban afiliados a partidos políticos proscritos y fueron colgados, señaló ACNUDH en el comunicado.
Kazemi y Aqaei fueron arrestados en septiembre de 2009 durante las protestas, reveló Pillay e indicó que los tres fueron condenados y ejecutados por mohareb (enemistad contra Dios). La disidencia no es un crimen’, subrayó.
‘Irán es Parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que garantiza el derecho a la libre expresión y libre asociación’, precisó.
Es absolutamente inaceptable que encarcelen a personas por asociarse con grupos de oposición y mucho menos que sean ejecutadas por sus opiniones políticas o sus afiliaciones, condenó.
La Alta Comisionada condenó los dos casos en los que se llevaron a cabo ejecuciones públicas, a pesar de una circular emitida en enero de 2008 por el jefe del poder judicial que prohibió la medida.
Pillay reiteró la opinión del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el sentido de que ‘las ejecuciones en público se agregan a la naturaleza de por si cruel, degradante e inhumana de la pena de muerte.
Ban indicó que ‘sólo pueden tener un efecto deshumanizador de la víctima y un efecto embrutecedor en quienes presencian la ejecución’.
‘Asimismo estoy profundamente preocupada por el gran número de detenidos que están en el corredor de la muerte, incluyendo más presos políticos, delincuentes relacionados con las drogas e incluso menores de edad’, abundó Pillay.
La jefa de derechos humanos de la ONU le recordó a Irán que la comunidad internacional en su conjunto se mueve hacia una abolición de la pena de muerte en la legislación o en la práctica.
Pillay instó al gobierno de Teherán a establecer una moratoria de las ejecuciones con miras a abolir la pena capital.
‘Como mínimo, hago un llamado a que respeten las normas internacionales que garantizan el debido proceso y la protección de los derechos de los condenados a la pena de muerte y los exhorto restringir su uso de manera progresiva y reducir el número de delitos por los que se puede imponer’, concluyó la juez sudafricana.
El Universal