* El colectivo “Mujeres de la Sal”, culpa del feminicidio de Lupita en Salina Cruz a las autoridades municipales y de la Fiscalía por su negligencia al no activar los protocolos de búsqueda desde el momento del reporte de la desaparición de la joven.
* Lo peor es que no sólo se trata de ineptitud, sino sobre todo de valemadrismo y del uso político perverso de la Fiscalía General del Estado para garantizar total impunidad a los activistas y milicianos de las diversas organizaciones radicales.
Arturo de Jesús Peimbert Calvo es un tipo inteligente, hábil y perverso, tanto o más que sus padrinos y cómplices en los diversos órdenes de gobierno, partidos, organizaciones radicales y el ala izquierdista de la Iglesia Católica.
No obstante que no queda duda alguna de su incondicionalidad política por la cual fue premiado con la Fiscalía General del Estado, resulta condenable que no cumpla con su obligación de procurar justicia pronta y expedita.
Al margen del cobro de facturas por agravios en el caso de algunas dirigentes de organizaciones feministas que buscaban arribar a su cargo, una vez más su omisión y negligencia es cuestionado por diversos grupos de mujeres.
No sólo se trata de ineptitud, sino sobre todo de valemadrismo y del uso político perverso de la Fiscalía General del Estado para garantizar total impunidad a los activistas y milicianos de las organizaciones radicales.
Nada nuevo ni extraño en la historia de vida de Arturo de Jesús Peimbert Calvo porque no hay que olvidar que así lo hizo como titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca creada ex profeso para él.
El brutal feminicidio de la joven Guadalupe Abigail Reyes Ortiz, encontrada sin vida en un terreno en el camino Viejo a la Ventosa, con señas de tortura, luego de seis días de búsqueda, ha detonado los reclamos a Peimbert Calvo.
Los feminicidios no son un tema menor en Oaxaca ante la creciente violencia, Lupita es la víctima número 530 ante la ineptitud de las autoridades municipales, estatales y federales, que minimizan la desaparición de mujeres.
Estas últimas no tienen el menor interés en aplicar los protocolos de búsqueda inmediata, eficaz y eficiente. El feminicidio de la joven Guadalupe Abigail Reyes Ortiz es el número 35 en los primeros seis meses de este año 2021.
La región más peligrosa para las mujeres es el Istmo de Tehuantepec. Registra la mayor cantidad de feminicidios, según el Centro de Documentación del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos”.
Lo peor de todo es que a partir de la premisa que generalmente los abusadores y depredadores sexuales forman parte del entorno familiar o sentimental de las víctimas en muchos casos se tiene la presunción fundada de su identidad.
En el feminicidio de Lupita, por ejemplo, es urgente e indispensable abrir una carpeta de investigación en contra del novio de la joven, plenamente identificado como L. R. A. F., como principal sospechoso de los hechos.
El colectivo “Mujeres de la Sal”, culpa del feminicidio de Lupita a las autoridades municipales y de la Fiscalía por su negligencia al no activar los protocolos de búsqueda desde el momento del reporte de la desaparición de la joven.
Su familia inició y concluyó la búsqueda de la joven. Antes de localizar el cuerpo identificaron la vivienda del novio de la joven, quien bajo los influjos de las drogas declaró que la había vendido para obtener más estupefacientes.
Sin embargo, los elementos de la Policía Municipal que acudieron al lugar no hicieron nada. “Lo dejaron libre pese a la declaración que había realizado y tras haber sido la última persona con la que se vio a Abigail antes de perderle el rastro”.
Las jóvenes feministas urgieron a las autoridades municipales a implementar los protocolos derivados de la Alerta de Violencia de Género, en virtud que el Istmo de Tehuantepec es la región más violenta y mortal para las mujeres.
A nuestro juicio, urge crear y/o fortalecer un clima de prevención y seguridad entre las propias mujeres, con mayor sororidad y confianza entre ellas, a fin de lograr un efecto multiplicador socialmente que preserve su integridad y vida.
El comentario hecho a la conductora de radio y televisión en Salina Cruz, Connie Baigorria, sugiere que de mujer a mujer informen a dónde van y con quién con el propósito de tener identificados a probables responsables de las desapariciones o feminicidios.
No se trata, de ninguna manera, de exonerar las autoridades federales, estatales y municipales ha hacer el trabajo que por obligación legal tienen, sino de inhibir y desactivar riesgos. Incluso a los sociópatas preocupa ser identificados.
No hay que olvidar que no hay crímenes perfectos ni siquiera en tratándose de crímenes de Estado, lo que sí hay frecuentemente son investigaciones imperfectas por ineptitud o complicidad por corrupción. ¡Ni una más! ¡Basta ya de impunidad!
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