Luego de la ruptura política y de gestión del Estado con la iglesia de 1861 a 1929, la salida la encontró Plutarco Elías Calles no en el regreso de los fueros a la jerarquía católica sino su incorporación al sistema político como sector invisible pero dominante: nada en contra de los principios esenciales del evangelio.
El activismo electoral de la iglesia católica contra el PRI y a favor del PAN el 5 de junio reproduce lo ocurrido en 1984-2000: la crisis de alianza histórica y sistémica del PRI con la iglesia. El tema hoy fue el matrimonio gay: no el reconocimiento de derechos a minorías sexuales como, sino la disolución del concepto de familia basado en la relación hombre-mujer que es el eje de la religión católica.
La alianza llegó al punto de traer a México al papa Francisco en el 2015 a fortalecer al gobierno, al PRI y al sistema, inclusive haciéndose a un lado en los temas de divorcio y aborto como decisiones civiles. Pero lo del matrimonio homosexual tocó la existencia de la doctrina católica: el mundo se hizo de la unión de un hombre con una mujer, dice el Génesis.
La decisión presidencial de proponer al congreso la aprobación legal de los matrimonios gay y la posibilidad de adopción reventó las buenas relaciones entre el gobierno y la iglesia y llevó a los sacerdotes a empujar a sus seguidores a votar contra el PRI. En el semanario Desde la Fe la jerarquía católica habla de ingenuidad al suponer dominante y decisivo el minoritario voto de la comunidad lésbico-gay.
La decisión presidencial sobre los matrimonios gay se tomó sin consensuar a la jerarquía católica como sector invisible del sistema político priísta. El problema radica en que la ruptura de hoy sea igual a la de comienzos de los ochenta, cuando la jerarquía católica conservadora se alió al PAN, a los empresarios y a la embajada de los Estados Unidos con John Gavin para definir una vía política a la alternancia que cuajó en el 2000.
De sector invisible del sistema político priísta, la iglesia católica ha pasado a sector con autonomía relativa. Lo interesante del asunto es que ya no se trata de la iglesia católica que busque el regreso de los fueros ni pugna por el retorno de los te deum, sino que la institución eclesiástica ve en riesgo su sobrevivencia por decisiones que rompen con el concepto de familia.
El problema radica en que el sistema político del PRI está tomando decisiones de circunstancia que rompen alianzas sin entender los juegos de poder y enfrenta el modelo de economía cero: lo que pierda en un lado lo gana otro; si el priísmo bloquea la ley de matrimonio homosexual, el debate crítico será adverso; y si lo aprueba, en el Estado de México y en el 2018 perderá más votos.
De nueva cuenta el modelo presidencialista de punta de la pirámide funcionó adversamente. En 1990 el presidente Salinas de Gortari obligó al PRI a hacer y presentar la reforma eclesiástica para evitar que Los Pinos fueran el punto del repudio jacobino, y en el camino dio cuenta de Fernando Gutiérrez Barrios, opositor liberal a la reforma. La iniciativa homosexual de Los Pinos se tomó sin los priístas, reveló Francisco Labastida Ochoa, y se pagó en las urnas.
Por tapar hoyos electorales se están abriendo grietas en el sistema político.
Política para dummies: Y también la política es el arte de adivinar el pasado para suponer el presente.
Sólo para sus ojos:
• Más que posibilidad, Josefina Vázquez Mota es movilizada ya como precandidata del PAN al gobierno del Estado de México. El madruguete no cayó bien en el PRD ante la posibilidad de una alianza 2017-2018. Y en el panismo hay dudas de la posibilidad de que la derrotada en el 2012 pueda garantizar una victoria.
• Comienzan las dudas en el gobierno federal sobre la decisión de confrontar con despidos el problema magisterial porque otras secciones se podrían sumar. Y los maestros de la CNTE son maestros en el arte de la inestabilidad social en las calles.
• Sube de temperatura el ambienten sucesorio en el país por el activismo de todos los suspirantes, pero en realidad la lista de posibles se va a decantar después de la elección de gobernador en el Estado de México.
• Aunque lo que dijo no fue por obesidad, la bronca de El Bronco sí fue discriminación porque le dijo “niñas gordas que nadie quiere” a niñas embarazadas.