Tras la homilía dominical el Arzobispo de Antequera, José Luis Chávez Botello fue contundente al afirmar que el abandono de la juventud por parte de los gobiernos, como de las familias, orilla su incursión en la delincuencia organizada, como se ha dado en la actualidad, a consecuencia de una desvalorización de la educación hacia las y los jóvenes.
Chávez Botello aseguró que actualmente México y el mundo entero, sufren de una situación grave y peligrosa que empuja vertiginosamente a la sociedad a un callejón sin salida, sofocando y mutilando la esperanza de una vida más humana y de un futuro mejor para las y los adolescentes y jóvenes.
Lo anterior dado que para el jerarca católico, la crisis económica y política en muchos países ha originado la creciente agresividad en el sector juvenil de la población, así como la desconfianza y el sentimiento de motivación que ocasiona que un porcentaje importante de este, opte por el suicidio o por la violencia que trae como consecuencia conflictos provocados por la ceguera de la ambición y el poder.
Aseguró que los gobiernos en general, como la propia sociedad, han descuidado a la comunidad joven del país, para quienes no se diseñan espacios de sano esparcimiento y mucho menos se generan acciones que los motiven a ser mujeres y hombres de utilidad, por lo que se mezclan en actos de delincuencia organizada, al no tener opciones de sano aprendizaje.
“Este es el precio por haber quitado por al menos dos generaciones la materia de civismo en las escuelas, ponderando una educación sin valores, que ha orillado a la juventud a ser partícipe de la delincuencia organizada, que tanto ha dañado a la sociedad actual” dijo Chávez Botello.
Por tal motivo, en esta ocasión el Arzobispo de Antequera pidió la creación de espacios sanos para la juventud, toda vez que, dijo, es más barato invertir en parques de esparcimiento y aprendizaje, que en cárceles y contratación de mayor número de elementos de seguridad pública.
Chávez Botello indicó que hay que tener esperanza en el cambio, lo anterior no en aras de ingenuidad, sino con la firme intención de trabajar, tanto autoridades como sociedad en general, paso a paso para reconstruir el tejido social, ponderando una calidad de vida más humana y un futuro mejor para niñas, niños, adolescentes y jóvenes, que retribuya en una mejor sociedad.
“Hay que empezar a moverse, no sólo el gobierno, sino la sociedad en general, mediante iniciativas ciudadanas que permitan dar esperanza a la juventud en el mundo, y no sólo en el país” concluyó el jerarca católico.
Agencia JM