En estos días en los que aparte de las festividades de navidad y fin de año el tema mas recurrido es el proceso electoral federal, vale la pena preguntarse si en plena temporada de precampaña estamos viendo conductas diferentes en los actores políticos o si, mas bien, este proceso pinta para ser similar a otros en los que vemos las mismas caras (un poco mas arrugadas pero las mismas) pidiendo el voto a pesar de arrastrar un gran descrédito por sus antecedentes en la función publica, lo que necesariamente nos debe de llevar a reflexionar seriamente nuestra postura al momento de ejercer el voto, es decir, si ya sabemos de que pie cojea cada quien, podemos esperar que en un nuevo cargo se comporten de manera diferente? Recordemos el adagio de la sabiduría popular: “Chango viejo no aprende maroma nueva”.
Sin duda la experiencia que proporciona el tiempo no es para desdeñarse, al contrario, es una fortaleza que debe ser aprovechada en mejorar las prácticas del ejercicio de poder o de la representación popular, sin embargo, tal experiencia, de quienes ya tuvieron la oportunidad de servir a la sociedad, debe ser transmitida a una nueva generación de políticos que conciten una visión moderna y sin ortodoxias del quehacer democrático, en este contexto, si queremos continuar en la ruta de la transición de régimen, debemos apostarle al relevo generacional, a la entrega de la estafeta a una nueva camada de actores interesados en romper paradigmas y “tradicionalismos políticos” malentendidos. ¿Es posible lo anterior?
Es de destacar el número de jóvenes que hoy en día forman parte del nuevo gobierno estatal en posiciones de relevancia, eso sin lugar a dudas, es un indicativo de que Gabino Cue confía en la nueva generación, en el mismo tenor el gobierno municipal cuenta con perfiles jóvenes que demuestran inquietud por participar y sobresalir, no sucede lo mismo con los partidos políticos y es ahí donde radica una de las contradicciones de la participación ciudadana.
En el caso de los partidos políticos existe una carencia en la formación de cuadros jóvenes, esto a su vez genera que los partidos no muestren una faceta fresca a la sociedad, particularmente al sector juvenil, ello deviene en el desinterés y la apatía (precisamente mas marcada en este sector).
Por supuesto que sería un error considerar que esta es la única causa de la falta de interés de los jóvenes en participar, existen al mismo tiempo otros de relevancia como la instrucción escolar, la ausencia de una cultura de participación en la familia, el constante desprestigio que los medios electrónicos de comunicación generan a la clase política y claro esta, las conductas reprochables de quienes teniendo el poder lo usan en beneficio personal. Con este panorama ¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia?
Hoy en día, gracias a la tecnología tenemos mayores posibilidades de incidir en el comportamiento de nuestros representantes y en los líderes políticos, es por ello que los pretextos para no involucrarnos en lo que sucede a nuestro alrededor se agotan, en suma, hoy el único obstáculo a vencer para poder cambiar un status quo es nuestra falta de voluntad, asi pues, para lograr que una nueva clase política con mayor compromiso llegue a representarnos lo que tenemos que hacer es sumar voluntades y generar corrientes de opinión en nuestros círculos de influencia, en las redes sociales, en los medios de comunicación que traiga como consecuencia la depuración del quehacer político y arribe una nueva cultura del servicio público.
P.D. Espero que sigamos en comunicación y reflexionemos en lo que decía Albert Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
*Precandidato a Diputado Federal Distrito 08 Coalición Movimiento Progresista
@ricardosangines
facebook.com/ricardosangines