El Poder Legislativo adquiere su nombre de la función principal que se le asignó en los albores del constitucionalismo en los siglos XVIII y XIX; a nivel federal a partir del día 1 de septiembre dio inicio la sexagésima sexta legislatura y en Oaxaca iniciará el 15 de noviembre próximo el nuevo ciclo legislativo.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante los años 2017, 2019, 2021 y 2023 ha evaluado el nivel de confianza que expresamos los mexicanos hacia el Poder Legislativo al evaluar a las Cámaras de Diputados y Senadores, resultando que se encuentran peleando los últimos lugares con los policías y los partidos políticos.
Cierto es que las y los legisladores en su mayoría gozan de una popularidad pública que les permite acceder a la representación, pero en honrosas excepciones suelen tener una formación académica o experiencia que les permita responder al nuevo ritmo institucional, y las constantes exigencias sociales.
Elevar la confianza y disminuir la percepción de corrupción son los principales retos del poder legislativo, avanzar en esa dirección obliga a mantener una buena comunicación y una correcta evaluación de sus acciones.
COMUNICAR, no es que publiquen qué desayunan, a qué hora llegan a sus oficinas o qué temas van a analizar durante el día, se trata de qué decisiones toman, por qué las decidieron, y si tienen una utilidad en nuestro entorno.
EVALUAR, no es que hagan muchas acciones o pocas, sino que las que hacen tengan un impacto real en nuestra calidad de vida, si se garantizan nuestros derechos, se fortalecen o se transforman instituciones, a qué se destina el dinero público y qué impacto tiene.
Una correcta evaluación del Poder Legislativo podría reubicar el papel de este poder en la calidad de vida de las personas, obligaría a evaluar lo existente, reconocer las limitantes y replantear si los resultados obtenidos pueden mejorar para futuras acciones.
La esencia del Estado radica en alcanzar el bienestar colectivo, objetivo bajo el cual los poderes públicos deberían trabajar de manera sistémica, interinstitucional, porque si nadie se levanta pensando en “cómo joder a México” no se entiende por qué los niveles de confianza son bajos y la percepción de corrupción es elevada.
En diferentes ejercicios académicos se ha considerado la reducción de legisladores y legisladoras en las cámaras, la extinción de una de las cámaras del congreso de la unión o la propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum de eliminar los plurinominales bajo la consideración de “reducir el gasto”.
Lo relevante no es la reducción del número de legisladores ni el gasto que generan sino la calidad de las leyes o las decisiones que toman, porque de poco o nada sirve que se reduzca el número o se adelgace el gasto si las leyes o sus decisiones carecen de impacto para las personas a las que representan.
* Doctorante en Argumentación Jurídica por el Centro de Investigaciones Jurídico Políticas de la Universidad Autónoma de Tlaxcala; Coordinador del Laboratorio Universitario de Estudios de Transparencia y Combate a la Corrupción de la FDCS/UABJO. Correo Electrónico: adancordovatrujillo@gmail.com Twitter:@adancordovat. Fb: Adán Córdova #RetribuciónSocialCONAHCYT