Concluyó el primer debate entre aspirantes a la Presidencia de los Estados Unidos, si había alguna duda de quién tenía la capacidad para Gobernar el país de las barras y las estrellas, esta; poco a poco se fue disipando.
En lo personal la imagen que tengo de Donald Trump es la de un golpeador, racista y mentiroso.
Por el contrario, la señora Hillary Clinton me parece profesional, con amplia experiencia y sin duda la persona mejor calificada para gobernar ese país.
Quizá más de uno se pregunta. Si es la persona más calificada, ¿por qué no ha logrado despegar en las encuestas?
En un país necesitado de escándalos es muy fácil crear versiones manipuladas, sus enemigos lo saben y no dudaron en enfilar sus baterías sobre la candidata.
Dos problemas llamaron la atención, el primero el caso inmobiliario “Whitewater”, y el segundo el de la mensajería privada en donde por cierto se vio obligado a intervenir el FBI, en los dos casos no se encontró responsabilidad alguna pero si convirtieron a la candidata demócrata en la más impopular de la historia.
Su contraparte Donald Trump, llegó al debate con el estigma de empresario “exitoso”, un hombre de negocios duro, con la capacidad de generar empleos y al que no le temblaría el pulso para aplicar la ley o incluso emprender una guerra. Nada más falso.
Llegada la hora de la verdad los dos aspirantes se vieron las caras, Trump confiado en ser un Showman y Hillary confiada en su capacidad de oratoria, su amplia experiencia y en no tomar las cosas a la ligera.
Bastaron unos pocos minutos para que comenzaran a desdibujarse y a mostrar su verdadera personalidad.
Trump fue el más evidenciado y sacudido, no tanto por su contraparte pero si por las preguntas incomodas del moderador en el tema de los impuestos de donde jamás pudo salir bien librado, por el contrario Hillary observó en esa parte una ventana de oportunidad y lo puso contra la pared.
“Tal vez no es tan rico como dice ser”, “tal vez no es tan caritativo como dice ser”, “Tal vez no quiere que el pueblo estadounidense no sepa que no paga impuestos”.
A partir de ese momento el hombre golpeador se mostró enfadado desencajado y hasta cansado.
Hillary lucia radiante más segura y en la parte final lanzaba una estocada recordó las palabras que Trump ha utilizado contra las mujeres, entre ellas las que utilizó contra Machado a quien llamó “Miss Piggy” y “Miss Housekeeping” por ser latina.
El resultado de estas verdades a medias fue demoledor todas las encuestas apuntan a Hyllary como ganadora del mismo y por márgenes que aunque bastante distintos todos superan los 35 puntos.
La historia no termina y la venganza es muy dulce, faltan dos debates para ver a un Trump tratando de resurgir de sus cenizas y a una Hillary tratando de sepultar las aspiraciones del Republicano.
En México nos faltan muchas Hillarys, mujeres con preparación y vocación de servicio, alejadas de los excesos y de los escándalos y por el contrario nos sobran muchos Trumps, fanáticos, pendencieros, racistas, misóginos, payasos y hasta mentirosos. Los hay en Morena, en el PRI, el PRD o en su partido de preferencia solo voltee a la izquierda o a la derecha y se podrá dar cuenta de cómo abundan.
Twitter: @Molinaroberto