El funcionario gubernamental que supervisa la respuesta al derrame de crudo en el Golfo de México dijo el sábado que desea se efectúen pruebas adicionales antes de ordenarle a BP que concluya la perforación de un pozo de alivio.
Thad Allen, almirante retirado de la Guardia Costera, dijo a los reporteros que podría ser hasta el lunes en la noche o el martes en la mañana cuando las autoridades podrían saber los resultados de esas pruebas, cuyo fin sería reducir al mínimo cualquier posible riesgo del proceso final de sellado.
Si Allen da la orden para proceder con el pozo auxiliar, éste podría interceptar al pozo roto para el próximo fin de semana. Una vez que eso ocurra, los ingenieros bombearán lodo y cemento para sellar el pozo descontrolado desde el fondo, un proceso conocido como “liquidación desde el fondo”.
Pero Allen quiere saber antes si hay que disminuir la presión dentro del pozo para que continúe el proceso. Le ha dado instrucciones a British Petroleum de que proporcione un análisis con el fin de determinar si el sellado desde el fondo podría implicar el riesgo de dañar más el pozo roto si no se libera algo de la presión.
BP comenzó a perforar su principal pozo auxiliar a principios de mayo. Pero hace unas dos semanas, casi al mismo tiempo en que la compañía logró sellar el pozo que provocó el derrame bombeándole lodo y cemento desde arriba, sus ejecutivos dieron indicios de que el procedimiento de sellado desde el fondo podría no ser necesario.
Hace algunos días Allen señaló también que esto podría ser una posibilidad. Pero las pruebas de presión esta semana confirmaron que se debía proceder con el plan original.
“El pozo auxiliar se terminará de perforar y se realizará el sellado desde el fondo”, dijo.
Allen también indicó que el fallido sistema de BP para prevenir explosiones podría ser reemplazado antes de que se complete el pozo auxiliar. Agregó que cuando se reemplace las autoridades lo conservarán como evidencia.
Los investigadores quieren analizar el dispositivo para determinar por qué no evitó la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, lo cual causó la muerte de 11 trabajadores y derivó en el derrame de unos 779 millones de litros (206 millones de galones) de crudo desde el pozo a 1,6 kilómetros (una milla) de profundidad en el golfo.