El Papa Francisco pidió ayer a los católicos rezar por la conversión de los mafiosos al recordar la figura de Giuseppe Puglisi, el sacerdote siciliano asesinado en 1993 por su abierta oposición a la mafia y que fue declarado beato este fin de semana.
“Recemos para que los mafiosos y mafiosas se conviertan. No pueden continuar así”, invocó el pontífice durante el rezo del Angelus, la oración mariana que pronunció el mediodía de ayer ante miles de personas congregadas en la Plaza San Pedro.
Con algunas frases improvisadas, que no estaban incluidas en su discurso original, aseguró que piensa en los dolores de hombres y mujeres, incluso de niños, que son explotados por muchas mafias y son obligadas a hacer trabajos que los esclavizan, como la prostitución.
“Pidamos al Señor para que convierta el corazón de estas personas; no pueden hacer esto, no pueden esclavizar a nuestros hermanos, recemos para que estos mafiosos se conviertan a Dios”, convocó.
Más adelante en su discurso, Jorge Mario Bergoglio exhortó a reconocer que Dios no es algo vago y abstracto, sino que tiene un nombre y exclamó: “Dios es amor”.
Empero aclaró que no se trata de un amor sentimental emotivo, ya que la santísima trinidad (cuya fiesta se celebra este día) no es el producto de razonamientos humanos, es el rostro con que Dios mismo se ha revelado, caminando con la humanidad, y sobre todo en Jesús de Nazaret.
“Jesús es el hijo que nos ha hecho conocer al padre misericordioso y ha traído sobre la tierra su fuego, el espíritu santo”, concluyó.
Agencias