Las exigencias de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son imposibles de cumplir.
En él reclaman desde plazas de base para todos los trabajadores de la educación, aumento salarial del 100 por ciento, asignación automática de plazas a normalistas, la abrogación de la reforma educativa y hasta la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“Exigimos que los contingentes de la CNTE cuenten con compañeros comisionados para el trabajo sindical”, señala el punto 7 del Pliego General de Demandas que entregó la Coordinadora a Gobernación el 1 de mayo.
Lo anterior, a pesar de que la Ley General del Servicio Profesional Docente, emanada de la reforma educativa a los artículos 3 y 73 de la Constitución, establece que las comisiones sindicales son sin goce de sueldo.
En el documento, la CNTE, que es la fracción disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), demanda por primera vez el reconocimiento formal de la relación bilateral entre la Coordinadora y el Gobierno federal.
Hasta ahora, el SNTE y su dirigencia nacional, que encabeza Juan Díaz de la Torre, son los que ostentan las relaciones laborales de los trabajadores de la educación, incluida la sección 22, de acuerdo con la toma de nota de la organización sindical aprobada a finales de 2012.
La CNTE ha sostenido diversas negociaciones con el subsecretario de Gobierno de la Segob, Luis Enrique Miranda.
La organización pide que se garantice el derecho de la base trabajadora a elegir mediante participación libre y democrática a sus dirigentes sindicales en un proceso que se desarrolle desde los centros de trabajo hasta la dirección nacional.
También exigen que se asegure la estabilidad laboral de todos los empleados, desde los de base hasta los interinos, que todos tengan plaza de base y que los pagos se realicen con cheque y no a través de transferencias electrónicas.
Piden también que se cambie el modelo educativo del País a partir de la propuesta “Hacia la Educación que Necesitamos los Mexicanos”, emanada de los foros de consulta que la CNTE realizó en 2013.
Asimismo, solicitan la abrogación de todas las reformas estructurales, especialmente la educativa, y acusan al Gobierno del Presidente Enrique Peña de haber profundizado la miseria en el País.
Las negociaciones entre la Secretaría de Gobernación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se entramparon ayer.
Hacia la medianoche, ambas partes discutían todavía el pliego que exigió la disidencia magisterial como única medida para dar solución al paro nacional.
Durante las negociaciones, que comenzaron a las 14:40 horas, funcionarios federales, encabezados por el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, pusieron en la mesa el tema del boicot electoral.
La medida ha derivado en la toma de juntas distritales del INE, bloqueos carreteros y ocupación de instalaciones de Pemex y gasolineras en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán, principalmente.
En este tema, de acuerdo con fuentes cercanas a la negociación, las autoridades pidieron a los maestros mesura para celebrar una jornada electoral sin acciones de violencia.
Explicaron que el Gobierno federal no puede resolver todos los puntos del pliego, pues involucran a otras instancias como el Congreso de la Unión y el Poder Judicial de la Federación.
Sin embargo, los maestros llamaron a acelerar una respuesta a sus demandas o, de lo contrario, escalarían el tono de sus protestas.
“Queremos respuesta a los 11 puntos, lo del boicot es otro tema”, advirtió Rubén Núñez antes de ingresar a la reunión.
Según fuentes de Gobernación, en la reunión de ayer se llevaron a cabo varios recesos, debido a que los maestros no cedían a ninguno de los 11 puntos.
“Están montados en su macho, esto no se llama negociación, sino imposición”, soltó un funcionario de la dependencia.
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