Cifras del Banco de México (Banxico) mostraron que el sistema financiero doméstico en 2010 registró pérdidas por mil 108 millones de pesos, siendo el fraude con tarjetas de crédito el delito que más afectó al sector.
Juan Pablo Reyna, subgerente de investigación de seguridad del banco central, precisó que los ilícitos a través de dinero plástico generaron mermas por 700 millones de pesos, es decir, 63.2 por ciento del total de las pérdidas reportadas por el sector financiero.
El banco central detalló que el año pasado el fraude a través del robo de identidad sumó 108 millones de pesos, mientras que el asalto a empresas de traslado de valores ascendió a 98 millones.
En su intervención en la Décima Convención Nacional de Centros Cambiarios y Transmisores de Dinero, expuso que el robo a cajeros automáticos alcanzó 87 millones de pesos en el periodo referido.
El asalto a sucursales bancarias generó pérdidas por 37 millones de pesos. Datos de la Asociación de Bancos de México precisan que el año pasado se concretaron 701 asaltos, lo que representó una disminución de 13 por ciento, respecto a lo registrado en 2009.
El funcionario de Banxico detalló que la falsificación de billetes, en el país, se ubicó entre los delitos con menor incidencia, pues en 2010 sólo se imprimieron de forma ilegal 220 mil piezas, que equivalieron a 78 millones de pesos.
Reyna comentó que el instituto central tiene identificados a tres tipos de falsificadores: el casual-oportunista, que opera con una fotocopiadora de color, un buen escáner, computadora e impresora, y hace billetes sólo para completar la quincena y el que menos preocupa, pues sus falsificaciones son “malas”, agregó.
Pero el falsificador industrial, cuenta con tecnología, “conoce sistemas impresión y fabrica billetes como su negocio principal o para obtener recursos para otras actividades ilícitas, éste es el que más nos interesa”.
Resaltó el caso del falsificador político, el cual está representado por un Estado hostil, el cual tiene acceso a equipo y papel sólo disponible para bancos centrales, y con conocimientos para imprimir billetes de otra nación. “En México no se ha detectado algún caso relacionado con esta forma de desestabilizar a una economía”.
Las estadísticas del banco central muestran que en términos de unidades, la alteración creció 10 por ciento, pues en 2009 por cada millón de billetes que circulaban en el mercado se falsificaron 87.4, en tanto que en 2010 los apócrifos en circulación fueron 95.5.
El año pasado la falsificación creció en los billetes de 500 pesos y se redujo en la de mil pesos.
Las cifras del instituto muestran que al cierre del año pasado 46.6 por ciento de los billetes falsificados fueron de 500 pesos; 26.02, de 200 pesos; y 19.01 por ciento de los billetes clonados, de mil pesos.
En 2009, la composición fue diferente, pues sólo 40.6 por ciento de los billetes hechos de forma ilegal eran de 500 pesos; 28 por ciento correspondió a los de mil pesos y apenas 25.6 por ciento eran de 200 pesos.
El funcionario destacó que en el país “es más probable que te asalten a que tengas de un billete falso”.
En su opinión, los mexicanos no tienen la cultura de revisar el dinero que reciben, lo cual explica por qué cuando llegan a detectar un billete apócrifo la reacción inmediata es culpar al banco, “no buscamos quién me la hizo, sino quién me la paga”, aseguró Juan Pablo Reyna.
Milenio