Pensar y decir… en peligro: Joel Hernández Santiago

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Según el gobierno federal, el de la Cuarta Transformación (4-T), todo tiempo pasado fue peor; de allá, de ese remoto y del no tan remoto pasado vienen todos los pesares por los que ésta 4-T no ha podido consolidarse y, por lo mismo, no puede solucionar los grandes problemas nacionales de hoy.  

 

Según esto, no hay presente, aunque ese presente nos agobie y nos amenace con días peores; aunque nos digan que aquí no pasa nada y pasa todo en una agenda presidencial cada día más difusa, contradictoria, engañosa y sin ruta ni meta.

 

Si: es muy cierto: fueron gobiernos nefastos tanto los viejos priístas que se adueñaron del país por setenta años y, y más, que ahora entregan su alma a Morena (v. Murat Hinojosa en Oaxaca); fueron, si, nefastos, los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

 

… Quienes los veíamos con la visión crítica a que obliga el periodismo riguroso, lo dijimos, lo criticamos, exhibimos ese mundanal ruido de ineptitud, corrupción, arrogancia, abuso, injusticia. Todo está ahí en hemerotecas, archivos, grabado…

 

De vuelta al presente: Que la prensa crítica está constituida por “enemigos de la 4-T”; que son gente “que perdieron privilegios económicos y por tanto están enojados”; o “eran chayoteros”; que eran “amigos de ex presidentes”; “conservadores”; “fifís” y así una tabla rasa que generaliza y acusa, que señala y amenaza, sin matices, sin reflexión, sin enfrentar a la verdad con verdad.

 

Dice el presidente de México que “no hay persecución en contra de la Libertad de expresión”, pero que: Y ahí sigue la retahíla de descalificaciones, de desahogos, de rencores acumulados. No hay día en el que, en las mañaneras, deje de hacerlo.   

 

Así que, entre todo esto, lo más reciente fue lo de Notimex, la Agencia del Estado Mexicano, que vive en conflicto desde marzo de 2019 cuando el Senado de la República aprobó con 113 votos y una abstención el nombramiento de Sanjuana Martínez (Monterrey, N.L., 1963) como directora.  

 

Desde su llegada dejó en claro que habría de fungir como Agencia del Gobierno mexicano. No tiene por qué no ser, para eso fue puesta ahí, a pesar de sus gloriosas cartas credenciales como periodista-reportera destacada. Sin embargo la cosa no es por ahí, toda vez que la Agencia Notimex no es una agencia de gobierno, sino una Agencia del Estado mexicano.

 

Una agencia que fue creada, si, por el gobierno mexicano en 1968, para divulgar al mundo lo que serían las Olimpiadas de México-68, pero que luego de muchos avatares, desde junio de 2006, tras una reforma legal de sus estatutos, pasó a ser la Agencia de Noticias del Estado Mexicano.

 

Del Estado mexicano. Esto es: de todos: de todas las corrientes de pensamiento, de la pluralidad incluyente, de lo que pasa y lo que ocurre en el cuerpo social mexicano sin distingos ideológicos o de interés político sesgado.

 

Pero el gobierno de la 4-T la entiende como Agencia de gobierno y por tanto el apoyo irrestricto a su directora. El presidente lo dijo así: “Notimex tiene el propósito de informar sobre lo que hace el gobierno, esa es su función.”. Error: es Agencia del Estado Mexicano.

 

Y luego dijo: “Ahí en la época de Salinas creo que estaba [Raymundo] Riva Palacio, otro que ahora es muy crítico, bueno, conmigo desde siempre, [Pablo] Hiriart, sí, con Salinas. Ahí sí no cuestionaban a Salinas, pero nunca, además era Notimex, no lo tocaban con el pétalo de un rosa. Si no lo tocan ahora, menos entonces.” Dicho así el 23 de septiembre pasado y otras afirmaciones que hablan de un viejo Notimex gobiernista y entregado.

 

No siempre fue así. Ni Notimex nació en 2019. Es una Agencia que ha tenido altibajos, sí. Que fue utilizada en sus inicios como órgano de gobierno mexicano en tono apologista –exactamente como se quiere ahora-. Pero también ha tenido momentos de enorme lucidez y aportación.

 

Entre 1981 y 1982, por ejemplo, fue director de la Agencia don Miguel López Azuara. Llegó ahí con Carlos Ferreyra Carrasco, como sub Director. Los cambios inmediatos fueron notables, se amplió enorme el hilo informativo, se consiguieron nuevos y muchos suscriptores-periódicos y medios, en el país y fuera… y se fortaleció la línea editorial objetiva y plural: Ya se confiaba en Notimex.

 

De ese momento surge ahí un movimiento de análisis serio del gobierno y sus hechos con la llegada de gente rigurosa en su trabajo, como fue la llegada por primera vez al periodismo de Lorenzo Meyer. También Rodolfo F. Peña –proveniente de la izquierda más comprometida con el movimiento obrero mexicano-, don Sadot Fabila, quien era crítico de gobierno desde sus orígenes izquierda… Y así.

 

La salida del equipo de trabajo de López Azuara fue a finales de 1982 por instrucciones de Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación, con el neoliberal Miguel de la Madrid Hurtado.

 

Y mucho más. Esto dibuja que las observaciones que el presidente hace de los medios de información en México y sus periodistas, no siempre corresponden con la verdad y si con criterios de defensa y acusa…

 

… Lo que contradice seriamente el espíritu de cualquier Transformación, que ojalá no olvide que, como dice Oskar Lafontaine: “El corazón late a la izquierda”. Y la izquierda es justa, y puesta en razones de verdad, por su propia naturaleza… cuando es izquierda, de veras.  

joelhsantiago@gmail.com