El líder nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, demandó a Andrés Manuel López Obrador no contribuir a la división de la izquierda mexicana y dejó claro que respaldará la decisión que tomen los perredistas en el estado de México para eventualmente ir a los comicios locales de 2011 en una gran alianza opositora.
“Acusar de traidores a todos los que piensan de manera diferente, me parece que es un exceso que no puede ser admitido… que tengamos diferencias no le da derecho a nadie a descalificar como traidor a quien simple y sencillamente tiene diferencias”, dijo Ortega.
En conferencia de prensa hizo un “enérgico llamado” a los precandidatos presidenciales del PRD a que “no contribuyan a la división del PRD y de la izquierda; por el contrario, aporten a la unidad, esa es su responsabilidad”.
Ortega aceptó que hay diferencias en el seno del partido, pero dijo que se deben resolver con tolerancia, sensatez, moderación “y además con un lenguaje de respeto a las compañeras y a los compañeros del partido”.
En este marco insistió en que el precandidato mejor posicionado del PRD será quien compita en la elección presidencial de 2012, que el partido del sol azteca debe ir a esa competencia unido y que la izquierda mexicana debe contender con un solo candidato.
Respuesta a críticas
Sobre las críticas de López Obrador a una eventual alianza PRD-PAN en el Estado de México, el dirigente del sol azteca enfatizó que los liderazgos del partido en esa entidad son ciudadanas y ciudadanos maduros, responsables, con muchos años en la vida política, gente honrada con prestigio.
“Los dirigentes del estado de México del PRD decidirán cuál es la política de alianzas, ese es el Estatuto, eso es lo que marca el Estatuto y es lo que marca la norma del partido y no se les puede acusar sólo porque piensan de manera diferente, de traidores”, dijo.
Hizo énfasis en que que nadie puede tachar de traidores a los dirigentes del PRD que apoyaron a Gabino Cué en Oaxaca, a José Rosas Aispuro en Durango, a Rafael Moreno Valle en Puebla o a Mario López, Malova, en Sinaloa.
El Universal