La gira de los próximos días del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en Los Ángeles, California en la cual ha trascendido que se tienen programados algunos recorridos con el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, podría ser el principio de una serie de acuerdos entre ambos mandatarios para buscar soluciones al conflicto de nuestra entidad con los integrantes de la Sección 22 del magisterio oaxaqueño. Un primer paso dado de estos enlaces Oaxaca-federación es el nombramiento de Juan Molina Arévalo como nuevo delegado de la Secretaría de Gobernación, Segob, en nuestro estado, y aunque muchos ponderan esa llegada como un desplazamiento de las autoridades estatales para el conflicto educativo, la realidad es otra, pues Molina Arévalo llegó a ocupar la vacante dejada por Flavio Bayliss Gaxiola, quien dejó la delegación para tomar protesta el pasado 1 de abril como secretario de Administración y Finanzas del Comité Ejectuivo Estatal del PRI oaxaqueño, por lo cual no había delegado de Segob desde hace casi cinco meses. Sin embargo, sí destaca la acción de establecer una mesa de diálogo entre el nuevo delegado, el gobierno estatal y los maestros, pues las anteriores pláticas con la Segob y la Sección 22 se realizaron en la ciudad de México con el sub secretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, y en instalaciones de la propia Segob. Ahora es evidente la disminución del nivel, pues serán en Oaxaca –en oficinas de Ciudad Administrativa- y con el delegado federal, con lo cual prácticamente se está aislando el conflicto a nuestra entidad. Son claramente signos del desgaste sufrido en el enfrentamiento, porque aunque la historia del comportamiento magisterial desde los tiempos de Pedro Vásquez Colmenares cuando fue gobernador de Oaxaca, pasando por Heladio Ramírez López, Diódoro Humberto Carrasco Altamirano y José Nelson Murat Casab fue de enfrentamiento y como dijeran los propios maestros, a base de negociación-manifestación-negociación, siempre los cobijó el marco jurídico en el cual se movió el magisterio, el cual le permitió crecer en control laboral, político y sobre todo económico al operar de manera libre los presupuestos destinado a la educación en Oaxaca al tener por decreto legal el mando absoluto del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, IEEPO.
HELADIO EL ENTREGUISTA
Hoy a 22 años de distancia del entreguismo realizado por el entonces gobernador de Oaxaca, Heladio Ramírez López, con la Sección 22 ha repercutido en una estructura que para entenderla y comprender varios de los conflictos vividos hoy, en necesario presentar un marco de referencia. El 28 de octubre de 1992 se reunieron para elaborar una minuta, el propio mandatario Heladio; el procurador General de Justicia, Gilberto Trinidad Gutiérrez; y el titular del IEEPO, Lino Celaya Luría, como integrantes del gobierno oaxaqueño con el secretario general del magisterio estatal, Erangelio Mendoza González, para dejar asentado, entre otras varias concesiones, que tendrían un ministerio público especial para asuntos relacionados con los maestros –es decir, no serían investigados de delitos cometidos como a los demás ciudadanos-, así como la contratación de tres abogados propuestos por el sindicato para atender sus asuntos penales, pero, claro, con cargo de honorarios al gobierno estatal, como lo estableció desde entonces el Acuerdo Cuatro de la minuta. Pero lo grave de ese entreguismo heladista fueron los Acuerdos Décimo, Undécimo y Duodécimo con lo cual se le otorgó a la Sección 22 la facultad de nombrar a los funcionarios de nivel medio y superior del IEEPO, con lo cual hoy el 98% de esos funcionarios son integrantes del sindicato, y eso generó el fenómeno oaxaqueño de tener una dependencia en la cual los patrones y empleados son del mismo organismo sindical. Sólo a Heladio Ramírez López se le ocurrió semejante cosa. Por si fuera poco, en el Acuerdo Quinto de esa “histórica” minuta, Ramírez López obliga al gobierno estatal a entregar recursos económicos suficientes para los distintos proyectos que proponga el sindicato magisterial. No se Usted, amigo lector, pero yo pienso que el ex gobernador Heladio tiene una gran deuda, impagable e irreparable con Oaxaca por lo provocado en los siguientes 22 años de haber firmado sus benditos acuerdos, porque ningún mandatario posterior a esa firma pudo quitar un solo punto de lo pactado, al contrario, todo se fue incrementado de ahí para adelante.
LA GUERRILLA
El 28 de agosto de 1996, casi cuatro años después de que Heladio le entregara al magisterio una fuente de financiamiento muy considerable, apareció por primera vez en Oaxaca el Ejército Popular Revolucionario, EPR, en ataques armados a la población de Tlaxiaco, y el 31 de agosto en La Crucecita, La Perdiz y San Mateo Piñas de Santa María Huatulco, bajo la consigna emitida en comunicados que decían: “por los desaparecidos políticos y en memoria de los asesinados, de los masacrados y caídos en combate en la nueva revolución popular, y como respuesta a la escalada represiva y a la militarización desplegada por el gobierno antipopular de Ernesto Zedillo contra el pueblo…” Las manifestaciones, pero sobre todo la persecución del EPR, llegó hasta la región de los Loxicha, donde gentes como Fidel Martínez, regidor de Hacienda de San Agustín, Loxicha y el presidente municipal, maestros de la Sección 22, fueron detenidos junto con otras 150 personas de la región, luego de los enfrentamientos con el Ejército Mexicano y las fuerzas de seguridad estatales. A partir de esos hechos, en forma recurrente se ha vinculado a la guerrilla con corrientes del magisterio oaxaqueño, y algunos analistas refieren que para operar en esos niveles es indispensable una fuente de financiamiento considerable, semejante a la otorgada por Heladio Ramírez. Cierto o no, la sombra del EPR ha perseguido hasta nuestros días a diversos movimientos de la Coordinadora Nacional de la Trabajadores de la Educación, fundamentalmente en los estados de Guerrero, Michoacán, y por supuesto Oaxaca.
CONSOLIDACIÓN DE LA SECCIÓN 22
Durante los gobiernos subsecuentes a la entrega de las riendas de la educación al sindicato magisterial, se fueron otorgando más concesiones a la gremial, lo cual le otorgó mucho poder laboral, adquisitivo por los recursos otorgados, así como las facilidades necesarias para realizar acciones de proselitismo político no sólo en Oaxaca, sino como se pudo apreciar al inicio del presente sexenio, en otras entidades. El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, sustituto de Elba Esther Gordillo, declaró en pleno jaloneo por aprobar la Reforma Educativa, tener detectados al menos a seis mil maestros oaxaqueños dedicados de lleno a realizar actividades de proselitismo en contra de la reforma en todos los estados de la República Mexicana, y se preguntaba de dónde obtenían esos maestros los recursos económicos para viajar y realizar esa campaña. A partir de esos hechos, se comenzó a señalar al gobernador Gabino Cué como el financiador de los maestros, pero eso pareciera haber sido más un asunto de actitud y de declaraciones desafortunadas del mandatario, que una realidad, pues la mayor parte de los ríos de dinero que llegan hasta nuestros días al sindicato magisterial no provienen de una voluntad del gobernador en turno, sino de acuerdos pactados como conquistas sindicales durante 22 años. Todo lo anterior, sin duda, ha conformado un organismo gremial muy consolidado en cuanto al control de sus agremiados a quienes la cúpulas tratan con rigor de corte facista; a obtener un financiamiento anual de miles de millones de pesos –se calculan al menos 10 mil millones operados a criterio libre por las dirigencias en turno, de un total presupuestal de 22 mil millones de pesos-; y, por supuesto, de operar sin rendirle cuentas absolutamente a nadie.
LA REFORMA EDUCATIVA
Entonces, la llegada de la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto en el 2012 y por aplicarse en el 2015 de manera total, derrumba por completo la estructura operativa de la Sección 22 arraigada durante esos 22 años desde las concesiones heladistas. Si bien la misma Reforma Educativa representa un retroceso en la autonomía de los estados para operar sus sistemas educativos, toda vez que el principio de descentralización iniciado por Carlos Salinas de Gortari como presidente de México, quien pretendía llegar a los modelos municipales, es decir, con sindicatos magisteriales en cada municipio, ahora mete reversa y le regresa el control a la Secretaría de Educación Pública federal, Oaxaca puede ser el claro ejemplo del fracaso en cuanto al manejo educativo de una entidad, porque ahora los maestros son quienes tienen un férreo control de los recursos económicos y las relaciones laborales, pero el nivel educativo de los niños y jóvenes oaxaqueños está en los últimos lugares, o quizá el último, del país. Por lo tanto, no pueden alegar los maestros ni los gobernantes haber realizado una actividad acertada con el modelo utilizado hasta hoy para beneficio de quienes son el objetivo central del rubro educación: el alumnado. Si bien es cierto que la Reforma no toca de fondo elevar los niveles de calidad educativa, si inicia con la base del problema, la estructura laboral y el destino de los recursos financieros, asunto por demás demostrado que al aplicarse como ya está la ley, derrumbará por completo las concesiones realizadas en Oaxaca por Heladio Ramírez López, algo que ningún gobernador posterior corrigió. Incluso el famoso Plan para la Transformación Educativa de Oaxaca, PTEO, planteado por la Sección 22 como base de la nueva Ley Educativa Estatal, tampoco toca de fondo elevar el nivel de la educación, sino sólo es una defensa punto por punto de las concesiones otorgadas por Heladio en 1992.
LO QUE VIENE
Aunque la pelota de la Ley Educativa Estatal ya está en la cancha del Congreso del Estado, la realidad pareciera que está destinada a la confrontación con la federación, pues el documento enviado por el mandatario a la Cámara de Diputados establece temas contrapuestos a lo establecido por la federación, como el caso de un Instituto Estatal de Evaluación, en lugar de que se hagan exámenes a los maestros por la institución nacional, por poner un ejemplo. La fracción del PRD encabezada por Félix Serrano Toledo declaró su respaldo al mandatario estatal en su documento, pero pareciera ser una posición política, más que una convicción. Como se den a final de cuentas los resolutivos de este cambio diametral a la situación actual, se espera una rebelión abierta de la Sección 22, quienes ya dieron muestra de tener la intención de ir contra la sociedad en general con tal de imponer su lucha. Los acercamientos del gobernador con el presidente de la República pudieran ser una señal para soluciones a futuro. Ojalá. jaimelabc22@gmail.com