“Desde hace dos años cuando Enrique Peña Nieto asumió el poder, se comprometió a revisar el código penal, prestar más atención a las víctimas de delitos y centrarse en el crecimiento económico de México como un medio para reducir la violencia relacionada con las drogas. Pero qué ha limitado que se den esos avances, y que ni siquiera hayan iniciado, ya que todavía no se ha reparado un sistema de justicia penal, tampoco se han investigado adecuadamente los crímenes, no ha podido acabar con la corrupción o detener los asesinatos”, esto es parte de la editorial que publica hoy el periódico The New York Times, a la que tituló ‘La Ley y el Orden en México’, haciendo referencia con la serie policiaca de Estados Unidos.
Además, en el editorial se señala que tras la desaparición y presunto asesinato de los 43 normalistas hace más de seis semanas, hay partes de México que se mantienen en un punto de suma tensión. Refiere la toma del aeropuerto en Acapulco y a las manifestaciones que se han realizado y señala que estas actitudes de la sociedad son altamente justificables cuando se tiene un gobierno que ha fracasado en proporcionar seguridad, por detener a los criminales y por garantizar seguridad y justicia para las víctimas y sus familias.
También retoma el caso de Tlatlaya, en el que murieron 22 personas a manos de militares, y se indica que estos dos eventos se podrían calificar como las peores atrocidades que se han visto en México, en años. Pero ambas son parte de un patrón, ya que al menos 22 mil personas han desaparecido, desde que la ola de violencia por el narcotráfico inició en 2006, y al menos 100 mil personas han muerto desde 2007 en hechos vinculados al crimen organizado.
Refiere que hasta el 2013 una investigación hecha por Human Right Watch encontró que en 149 de los 250 casos de desaparición, no había evidencia convincente de que los agentes estatales no estuvieran involucrados.
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