Como que se estaba tardando pero finalmente lo hizo, toda vez que las decisiones que se están aplicando a Pemex así lo ameritan y quien mejor que el Ingeniero, Cuauhtémoc Cárdenas, quien si sabe del tema, para analizar y evaluar su opinión y que, además, está cargado de la herencia histórica que a México le heredo su padre, el presidente Lázaro Cárdenas del Rio, al haber decretado la expropiación petrolera de nuestro país e indemnizar a las empresas extranjeras, que por muchos años chuparon el subsuelo y de sus mares la riqueza que la naturaleza nos obsequió.
Cuauhtémoc Cárdenas, advirtió que hay una doble intención con los ajustes de Pemex: terminar con la presencia del Estado en la industria petrolera y situar a México únicamente para producir materias primas.
De ser así, como parece, pues el actual gobierno estaría colocando a Pemex en una posición de retroceso a como estaba la ley antes de 1917. “De hecho están entregando todas las reservas a intereses ajenos a los de México. Es lo que estamos viendo con la Ronda, con el desmantelamiento intencionado de Petróleos Mexicanos. Es sacar del mercado petrolero y de la explotación petrolera al Estado mexicano”, afirmó Cárdenas.
En la actualidad, la situación de la petrolera nacional es la siguiente: recorte a la baja de 100 mil barriles diarios; una merma de 521,907 millones de pesos, a pesar del recorte de 14 mil 694 empleos; en exploración y producción se aplicará un recorte de 46,800 millones de pesos equivalentes a 2,580 millones de dólares; por lo que respecta a transformación industrial se aplicaran reducciones por 36,200 millones de pesos, todo ello dentro del recorte total de 100 mil millones de pesos.
Lo anterior, según las autoridades, responde a la necesidad de no continuar realizando operaciones no rentables, principalmente en el área de operaciones y producción, a fin de ajustarse a los precios actuales del petróleo los cuales se calculan en 25 dólares por barril durante 2016.
José Antonio González, nuevo director de la paraestatal, con fama de buen administrador, ganada durante su ciclo de trabajo en el IMSS al cual salvo de la bancarrota, expresó que Pemex, al perder su carácter de monopolio en el sector de los energéticos debido a la reforma energética concretada en el 2014, ha visto deteriorada su situación financiera obligado por la caída internacional de los precios del petróleo pero, Pemex, asegura su director, no enfrenta problemas de solvencia. “El problema es de liquidez, mas no de solvencia. Estos ajustes replantean y dimensionan a Pemex ante su nuevo papel como empresa productiva del Estado mexicano y en el marco de la Reforma Energética”, aseguró José Antonio González.
Fabiola Ortiz, analista de Standard & Poor’s (S&P) opinó que “empresas semejantes a Petrobras (en este caso Pemex), tienen una restricción, ya que casi todo lo que generan se va al gobierno”, y la analista tiene razón. Cuando revisamos los números, por ejemplo, el de los impuestos y regalías aplicados, principalmente a su filial de exploración y producción, las cuales representan el 55% de las ventas según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pues comprobamos lo dicho por Fabiola Ortiz.
Otro dato, por demás preocupante, es el de la deuda total de Pemex. En marzo de 2013 fue de 61,000 millones de dólares, la cual se incrementó casi al doble (106,300 mdd) cuando se incorporaron los pasivos laborales no fondeados, según un cálculo de la empresa Fitch Ratings. En tanto, S&P estima que los pasivos por pensiones ascienden a 48.044 mdd, estamos hablando del total de la deuda. Y es en este punto en donde José Antonio González pone el dedo en la llaga afirmando que el problema de Pemex no es de solvencia sino de liquidez, a fin de poder solventar los costos para la explotación de los últimos yacimientos descubiertos en aguas profundas, amén de los abundantes recursos de gas y petróleo de esquisto (Shell gas).
A lo anterior, hay que agregarle el grave problema que significa el robo del combustible que va en aumento si comparamos los robos cometidos en el 2008 que fueron de 367, en el 2012 de 1648, lo cual significo una afectación a la paraestatal de 15,000 millones de barriles.
El robo a Pemex, que no han podido detener, es un hecho casi imposible de creer, sobre todo, cuando existen tecnologías muy sofisticadas, que de aplicarlas, bien podrían contener estos robos que son ya todo una vergüenza por la incapacidad de las autoridades competentes para poner coto a tamaño desafío de la delincuencia organizada al Estado mexicano. Y aun falta sumar la perdida por evaporación de los diferentes líquidos transportados y almacenados, que también podría evitarse al aplicar tecnologías de medición que actualmente existen, esto último sin cuantificar su daño al medio ambiente.
Es momento de medidas drásticas y recortes que mucho afectan a la nación como a sus instituciones, pero, por lo menos, así como se tomaron decisiones enérgicas en materia económica aplicando recortes brutales; bueno sería que las autoridades responsables del tema Pemex, intensificaran su trabajo de seguridad para impedir totalmente las ordeñas clandestinas empezando por las descargas de turbosina que realizan los camiones-tanque de Pemex en los depósitos de ASA para uso de los aviones comerciales, robo que se comete frente a los ojos de los soldados sin que ellos sospechen lo que están haciendo, tanto el chofer del camión y el descargador de la turbosina responsable de medir los galones de descarga.
Hay que empezar con algo, con la punta de la madeja hasta llegar con los que mecen la cuna, a fin de impedir que se coloque el último clavo en el ataúd de Pemex, que por los últimos datos que sabemos parece compra ya realizada.
De no ser así, conveniente seria, que al margen de las declaraciones hechas por los titulares de Pemex; de Energía; los temores de Banxico y el resto del coro, respecto a la quiebra o no de la petrolera, el Presidente de la República fuera convenido por el Congreso de la Unión para que compareciera en la Cámara de Diputados y despejara las dudas de la nación respecto al tema, toda vez que su antecesor en el cargo, Lázaro Cárdenas, Presidente de México, enfrentó la expropiación petrolera con el apoyo mayoritario de la nación y que, incluso, se volcó en la plaza del Zócalo para donar lo que pudieron, a fin de pagar la deuda por indemnización. Eso fue solidaridad nacional en torno a su guía, el Presidente Lázaro Cárdenas y un ejemplo histórico de lo que se debe hacer en momentos difíciles para el país: Hablar con verdad frente a la nación porque los secretarios del ramo no convencen y gestan más dudas.
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