El Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, de donde se fugó este mes Joaquín “El Chapo” Guzmán, es una de las 20 prisiones en México certificadas desde 2011 por la American Correctional Association (ACA), vía la Iniciativa Mérida.
El segundo de los cuatro pilares de la Iniciativa se enfoca en institucionalizar la capacidad para mantener el Estado de Derecho, e incluye un programa de correccionales que brinda asistencia a las prisiones de México para obtener la acreditación internacional de la ACA.
De acuerdo con un documento publicado en 2012 por Kathy Black-Dennis, Ben Shelor y Cathy Slack, consultores de ACA, el Cefereso del Altiplano, localizado en Almoloya de Juárez, era uno de los cuatro penales federales que hasta ese momento entrarían en el programa de certificación.
Fuentes diplomáticas confirmaron que es uno de los ocho penales federales que ya ha obtenido la certificación.
El objetivo del Programa de Correccionales es brindar apoyo al Gobierno de México para mejorar las capacidades del sistema penitenciario y desarrollar un manejo más eficiente de su población, así como propiciar reformas significativas en las prisiones federales, estatales y municipales a fin de prevenir que las organizaciones criminales transnacionales operen desde dichos centros.
A través de la Iniciativa Mérida, Estados Unidos ha destinado más de 14 millones de dólares en entrenamiento, desarrollo de capacidades y equipo en prisiones mexicanas.
La acreditación se obtiene si el centro de reclusión cuenta con los estándares mínimos aceptables de la industria en cuanto a prácticas y políticas en materia de seguridad, orden, cuidado, programas y actividades, justicia y administración.
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