Después de cuarenta años sin modificaciones, el Senado aprobó en lo general y lo particular las reformas a la Ley Federal del Trabajo y lo mandó al Ejecutivo para su promulgación.
Asimismo, tras una larga discusión en la que se interpretó el artículo 72 E Constitucional, la Mesa Directiva remitió los artículos 388 bis y 390 para una discusión “en sesiones posteriores”, según explicó el panista Ernesto Cordero, al señalar que no es necesario establecer ello en el acuerdo porque la Carta Magna así lo determina.
Los artículos 388 bis y 390 fueron apoyados por el PAN, para mantener su contenido con 65 votos a favor contra 61 del PRI y sus aliados.
Ernesto Cordero, presidente del Senado, dijo que en virtud de que hay dos artículos que han sido aprobados por el Senado, el proyecto se ubica en el supuesto del inciso E del artículo 72 constitucional, en consecuencia sometió el acuerdo a votación para mandarlo al Ejecutivo.
“Único, con fundamento en el artículo 72, fracción de la Constitución, el Senado como cámara revisora manifiesta su acuerdo para remitir al ejecutivo federal el decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley federal del Trabajo, única y exclusivamente con los artículos aprobados por ambas cámaras del Congreso de la Unión”.
Al respecto, el coordinador perredista, Miguel Barbosa, insistió en que los diputados violaron la Constitución al pedir la promulgación antes de que el Senado concluyese la discusión.
“Se viola de manera consciente y deliberada. Ese acuerdo está incompleto, porque mandan a promulgar y publicar y se olvidan de los últimos renglones del 72 constitucional, conde establece que los artículos que no fueron de acuerdo común en las dos cámaras deben mandar a discutir y votar en sesiones siguientes”, subrayó el perredista, al acusar directamente a Cordero Arroyo de violar la Constitución.
Increpó que en el oficio con que se remite la minuta a San Lázaro no contenga un acuerdo final para votar los dos artículos 388 bis y 390 “en las siguientes sesiones”.
El panista Héctor Larios defendió las facultades que tiene el presidente de la Mesa para decidir el turno que se dará a la minuta, al aseverar que la norma no determina qué cámara tendrá que mandar a promulgar una vez votada en ambas.
El petista Manuel Bartlett hizo notar que para tomar un acuerdo de este tipo debe someterse a aprobación del pleno por mayoría absoluta, posición en la que coincidió la senadora de Movimiento Ciudadano, Layda Sansores.
“¡Ustedes tienen ganada la votación, qué les preocupa, la vergüenza ya la perdieron!”, remachó la legisladora.
Terció el panista Roberto Gil, para opinar que la propia Constitución establece la salida para resolver los diferendos y se trenzó con Barbosa en una discusión legal de interpretación de dicho artículo.
Al final, Cordero puso a votación del pleno el acuerdo elaborado por el Senado, el cual se aprobó por 96 votos a favor, contra 28 en contra.
“Las cámaras acuerdan remitir el texto de los artículos que han alcanzado la comisión bicameral, remítase al ejecutivo federal”, estableció Cordero.
Agregó que a insistir el Senado en la vigencia de los artículos 388 bis y el 390 se regresan a los diputados para su discusión, en sesión posterior.
Agencias
