Partidocracia en tribunal electoral, Suprema Corte, cómplice: Carlos Ramírez

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cvqmuv3vmaalnphA la memoria de Gustavo Méndez Tapia, periodista ejemplar

 

La intervención de la Suprema Corte de Justicia en el examen de los aspirantes a magistrados electorales federales fue vendida como un mecanismo de transparencia política, pero al final la partidocracia en el Senado votó en función de un reparto de parcelas de poder: tres magistrados para el PRI, dos para el PAN, uno para el PRD y uno para la oposición.

El proceso de selección de magistrados electorales que calificarán las próximas elecciones fue, en sentido político, un fracaso; de hecho, constituyó un regreso a la parcialidad de los organismos electorales como en los tiempos del viejo régimen presidencialista, sólo que ahora en relación a los intereses de los tres principales partidos políticos. El INE y el Tribunal son una Comisión Federal Electoral tipo Manuel Bartlett en 1988, dominados por el PRI.

Los partidos son parte y jueces de los procesos electorales; en el INE hay una sobrerrepresentación partidista en cuatro espacios: los partidos eligieron a los consejeros, los partidos como tales tienen un asiento como consejeros, los partidos participan como representantes de la Cámara de Diputados y los partidos están como representantes del Senado.

Y ahora el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que juzgará la legalidad de las elecciones y calificará los resultados también cayó en manos de los intereses de los partidos. El PRI, como siempre, tiene más magistrados electorales y éstos van a responder, por muy conciencia jurídica que tengan, a los intereses del PRI.

El problema de la estructura electoral ha radicado en la presencia de los partidos como partes y jueces del proceso electoral. En el actual Instituto Nacional Electoral –antes IFE– sólo hubo un periodo con autonomía: 1996-2003, cuando el gobierno dejó la presidencia del consejo y cedió todo el manejo a los consejeros ciudadanos. Pero el golpe de la alternancia avalado por el IFE llevó al PRI a retomar el control de los órganos electorales.

En el 2003 el consejero presidente Luis Carlos Ugalde fue impuesto en el congreso por la entonces dirigente priísta Elba Ester Gordillo; luego de un interinato, el PRD impulsó a Leonardo Zurita Valdés, pero al final fue copado por el PRI. En el 2014, producto de una reforma impulsada por el PAN, el IFE se transformó en INE y se eligió a Lorenzo Córdova Vianello, un académico universitario de la UNAM priísta cuya gestión ha estado salpicada por problemas de entendimiento del papel del órgano electoral.

La estructura electoral ha regresado a los tiempos de parcialidad política de la vieja CFE de Gobernación. Sólo que ahora no es nada más el PRI, sino que el PAN y el PRD le han entrado al reparto de las cuotas de poder en la estructura electoral. Los funcionarios electorales son ahora parte de la burocracia del poder partidista. Como en las elecciones del 2006 y del 2012, en las del 2017 y 2018 el aparato electoral responderá s los intereses de los partidos y sobre todo del PRI.

 

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The White House 2016: el Wall Street Journal reveló que uno de los principales apoyadores de Hillary Clinton aportó financiamiento a la esposa de un funcionario del FBI que tenía que ver con la investigación de los correos electrónicos de la candidata demócrata… Un modelo de análisis de cifras electorales del profesor Helmut Norpoth señala que Trump tiene 87% de posibilidades de ganar las elecciones…

 

Política para dummies: La política es el arte gatopardiano de pugnar por cambios para que todo siga igual.

 

Sólo para sus ojos:

  • Movimientos paralelos en los casos del panista Guillermo Padrés y el priísta Javier Duarte. Escarceos, amagos, expulsiones de sus partidos, como si todo estuviera negociado y el arresto de uno deberá ser correspondido por el otro.
  • Por alguna razón el gobierno federal priísta ha preferido la acumulación de críticas al arresto fulminante de Duarte. Dicen en los pasillos del poder que le han dado espacio al gobernador con licencia para limpiar su tiradero financiero que pudiera llevar al financiamiento de la campaña priísta del 2012. Pero que no se salvará de la cárcel.
  • En círculos policiacos afirman que las presiones de Joaquín El Chapo Guzmán para relajarle condiciones carcelarias pudiera ser parte de un nuevo plan de fuga. Y no es difícil por las dos fugas anteriores.
  • Si un dato revela el aumento real de la inseguridad pública es el que tiene que ver con las inversiones en seguridad privada que tienen que hacer los empresarios.
  • Siguen los rumores de cambios en el gabinete luego de las elecciones en los EE.UU.

 

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