En diversas ciudades se registraron manifestaciones que paralizaron el tráfico. En Roma decenas de estudiantes bloquearon las líneas ferroviarias en la central estación de Termini, mientras en Turín los jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden.
Un paro general contra la política económica del gobierno del primer ministro italiano Silvio Berlusconi causó hoy un caos en las principales ciudades del país, que sufrieron la falta de transporte público y el cierre de escuelas, fábricas y oficinas.
Convocado por la Confederación General Italiana de Trabajadores (Cgil), el principal sindicato de Italia, el paro tuvo una participación en torno al 58 por ciento, según cifras difundidas por la propia central gremial.
Sin embargo, el Ministerio de la Función Pública informó que sólo el 13 por ciento de los burócratas se sumaron al paro.
La sección de la Cgil que agrupa a los trabajadores del transporte afirmó por su parte que la huelga provocó la mañana de este viernes la cancelación de unos 20 vuelos y el retraso de 40 en el aeropuerto Fiumicino de Roma, mientras otros 30 fueron cancelados en Linate, Milano.
Asimismo, en diversas ciudades se registraron manifestaciones que paralizaron el tráfico. En Roma decenas de estudiantes bloquearon las líneas ferroviarias en la central estación de Termini, mientras en Turín los jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden.
“Basta con la mentira clamorosa de que la crisis está a nuestras espaldas y que todo va bien”, declaró la secretaria general de la Cgil, Susanna Camusso, al participar en un mitin en la sureña ciudad de Nápoles.
“Pedimos al gobierno decidirse por una reforma con la cual empleo y pensiones paguen menos impuestos y pague más quienes gozan de rentas financieras y quienes se han enriquecido con la crisis”, añadió.
Citó datos, según los cuales en 2010 el 92 por ciento de la contribución fiscal italiana fue de los trabajadores dependientes y destacó que el 10 por ciento de las familias concentra el 47 por ciento de la riqueza.
La Cgil denunció que la economía está aún en fase depresiva, al tiempo que los trabajadores sufren la disminución de la tutela laboral y la cancelación de derechos.
“El apoyo social ha sido recortado indiscriminadamente, los pensionados son penalizados, a los jóvenes se les niega el futuro, el trabajo y la dignidad de las mujeres se ven humillado”, añadió.