* Ha sido machista la estructura de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), pero sobre todo, de la Auditoría Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (ASFEO).
* Aun cuando es facultad del Congreso del Estado la designación, el Ejecutivo debe pronunciarse públicamente para que el Legislativo vele por los principios de paridad y de alternancia de género.
Con visión y sensibilidad, el gobernador Salomón Jara está convencido que el Siglo XXI es el milenio de las mujeres, por lo que privilegia la paridad de género en La Primavera Oaxaqueña.
Es uno de sus compromisos de campaña convertido en realidad en la conformación del gabinete legal y ampliado. Hasta ahora, no obstante, falta fortalecer la paridad total en su gobierno.
Sin perfil profesional con probada experiencia y vocación de servicio, el justo reclamo de igualdad de oportunidad de las mujeres, no garantiza, desde luego, resultados positivos por sí mismo.
El mandatario estatal trabaja para revertir la deuda histórica con los pueblos y comunidades, sin embargo, falta consolidar plenamente la paridad en los órganos autónomos constitucionales.
Ha sido machista la estructura de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), pero sobre todo, de la Auditoría Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (ASFEO).
Aun cuando es facultad del Congreso del Estado la designación, el Ejecutivo debe pronunciarse públicamente para que el Legislativo vele por los principios de paridad y de alternancia de género.
El gobernador se ha comprometido públicamente y ha realizado acciones tendientes a erradicar la violencia política contra las mujeres en razón de género y la violencia de género contra la mujer.
Sin embargo, en el caso de la designación del profesional que estará a cargo de la Auditoría Superior, tendrá que predicar con el ejemplo y pronunciarse al respecto como jefe del Ejecutivo.
Por congruencia debe hacerlo la LXV Legislatura Local, y saldar la deuda histórica desde que se creó la Contaduría Mayor de Hacienda, hoy Auditoría Superior de Fiscalización de Oaxaca.
Los perfiles masculinos no solo representan una vuelta al pasado, sino la peor cara de la corrupción estatal. La mayoría de Morena en la Legislatura debe actuar en consecuencia.
En la lista de aspirantes a ser designado titular de la ASFEO que cumplen con los requisitos -once mujeres y ocho hombres-, figuran personajes totalmente descalificados por su negro historial.
Es el caso de Leopoldo Andrés Barrera Sánchez, ex Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Auditoría Superior del Estado, sin que ello signifique que tiene experiencia suficiente para el cargo.
Lo negativo sobresale antes que alguna propuesta o trabajo destacado durante su estancia en la ASE, del mismo modo, a este personaje controvertido se le vincula con Carlos Altamirano Toledo.
Este último es señalado por desviar 114 millones de pesos y acusado de beneficiar a distintos municipios y dependencias como Servicios de Salud, Caminos y Aeropistas de Oaxaca, entre otras.
Altamirano, ex Administrador de la residencia oficial de Los Pinos con Ernesto Zedillo incurrió en presuntas irregularidades en las licitaciones por 3 mil millones de pesos con la empresa SEREL.
Asimismo, en el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, el ex titular de la Auditoría Superior del Estado presuntamente desvió apoyos del DIF Estatal a las comunidades, falsificando firmas.
La transparencia es un derecho humano mal visto por Leopoldo Barrera, como lo prueba su estancia en la ASE como Presidente del Comité de Transparencia de ese organismo autónomo.
Siempre negó información y aprovechó los vacíos legales existentes para negar a la ciudadanía oaxaqueña el derecho humano a la información, tal y como se aprecia en las imágenes inferiores.
Lo mismo aplica para Víctor Hugo Ruiz López, quien durante la gestión de Carlos Altamirano, se desempeñó como Jefe de Departamento en la Dirección de Auditoría de Cumplimiento Financiero.
Fue acusado por extorsionar a diversos municipios, sin embargo, San Andrés Huayapam le costó el despido de la ASE, además siempre estuvo ligado en turbios negocios con Adán Córdoba Trujillo.
Ambos laboraron juntos y fueron acusados de conductas inapropiadas, gestión y labor que siempre fueron marcadas por la corrupción, bajo el cobijo del ex Auditor Carlos Altamirano.
Lo mismo sucede con Salvador Hernández Cruz, quien comenzó a laborar en la Contaduría Mayor de Hacienda del Poder Legislativo como Supervisor de Auditoría y, posteriormente, en la ASE.
En el OSFE fue Jefe del Departamento de Cumplimiento Financiero A, vinculado directamente, además, con la red impuesta por el entonces Contador Mayor, Guillermo Megchún Velázquez.
@efektoaguila