El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dio al actual gobierno uno de los mayores espaldarazos al reconocer que México logró lo que ningún otro país con sus reformas estructurales.
“Se ha aprobado más de una docena de reformas en el último año y medio, incluidas energía, telecomunicaciones, competencia, laboral, educación y sector financiero”. Al mejorar la competencia, reducir fricciones en el mercado laboral y promover la inversión, se espera que impulsen la productividad y la producción en el mediano plazo”, destacó el organismo.
En la evaluación que realiza cada año el directorio ejecutivo del FMI sobre la situación de la economía mexicana y sus perspectivas, destacó —sin que se mencione si ya se renovó— que la línea de crédito flexible que tiene el país con el organismo, por 73 mil millones de dólares, es importante porque provee un seguro contra riesgos provenientes de eventos adversos extremos.
La delegación de funcionarios del FMI que revisó la evolución de México hizo notar que luego de la fuerte desaceleración vivida en 2013, se espera que el crecimiento se recupere a 2.4 por ciento este año.
Y consideraron que será necesario aumentar los ingresos no petroleros (recaudación de impuestos), sobre todo si los derivados de las exportaciones de la mezcla mexicana son menores a lo esperado, aunque le dieron la bienvenida a la creación del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, así como al plan para reformar el sistema de pensiones de las dos empresas estatales más grandes.
En ese contexto, alentaron a las autoridades a mejorar aún más la implementación del marco presupuestal, a través de un gasto más realista y controles más estrictos.
Observaron que el monitoreo y control de las finanzas estatales y municipales deben fortalecerse, en particular, indicaron que será importante adoptar completamente la metodología de contabilidad (armonización contable) que permita reportar las finanzas gubernamentales de estados y municipios de forma uniforme, y que se introduzca un marco legal formal para anclar la política fiscal a escala local.
Apoyaron el plan de las autoridades, consistente en reducir los requerimientos financieros del sector público a 2.5 por ciento del PIB hacia 2018. Hicieron énfasis en que un apego estricto a la trayectoria fiscal anunciada fortalecerá la credibilidad del nuevo marco tributario.
Destacaron la solidez del sector financiero y el avance en el fortalecimiento de la regulación y la consolidación de la supervisión de grandes grupos financieros.
Sin embargo, sugirieron un cuidadoso monitoreo de la cartera vencida en créditos a la vivienda y en préstamos denominados en moneda extranjera otorgados a grandes corporativos.
Además, acentuaron la importancia creciente de la banca de desarrollo para mejorar la inclusión financiera, y al mismo tiempo recomendaron cautela para evitar el desplazamiento de los recursos otorgados por la banca privada, o el relajamiento en los estándares para el otorgamiento del crédito.
No obstante, el organismo señaló que los indicadores del mercado laboral sugieren que la economía sigue operando por debajo de su potencial, lo que ha limitado las presiones inflacionarias.
La tasa de desempleo ha aumentado ligeramente desde principios de 2013 y el crecimiento de los salarios reales ha sido moderado, en tanto que la inflación subió 4.5 por ciento anual a principios de 2014, lo que refleja efectos de una sola vez originados por cambios impositivos.
Se espera que la inflación general se ubique en alrededor de 4 por ciento en lo que resta de 2014, determinada por incrementos en los precios de los energéticos y de productos pecuarios, y disminuya gradualmente en 2015, detalló el reporte.
ESTABILIDAD
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens afirmó que la economía está creciendo y que el sector financiero goza de estabilidad, tal y como lo demuestran los resultados de las pruebas “cardiacas” a las que fueron sometidos los bancos y las casas de bolsa.
Sin embargo, advirtió que no debemos confiarnos porque aún enfrentamos retos derivados de un entorno externo muy volátil, reversión abrupta de capitales, debilitamiento de la actividad económica global y riesgos geopolíticos, así como de un posible debilitamiento de la economía nacional y crecimiento de la morosidad de los créditos al consumo.
“Tenemos una estabilidad financiera muy sólida con un sistema bancario sano y capacidad de enfrentar problemas de liquidez y, sobre todo, con capacidad de apoyar el crecimiento del país, pero no debemos caer en la complacencia y procurar tener mejores políticas”, alertó.
Carstens, comentó que el Banco de México modificará sus expectativas de crecimiento económico para el cierre de este año, y explicó que la semana próxima dará a conocer las nuevas perspectivas del banco central.
Milenio
