19:41 El diputado federal, Alejandro Encinas, terminó por ordenar el regreso de la caravana humanitaria que pretendía ingresar al municipio de San Juan Copala, Oaxaca, bajo el argumento de condiciones mínimas de seguridad.
Cerca de 15 kilómetros antes de llegar al poblado, el presidente del municipio, Macario García, ordenó detener la comitiva conformada por más de 35 unidades entre ellas dos autobuses y un tráiler.
Inicialmente en Santiago Juxtlahuaca, la procuradora de Justicia María de La Luz Candelaria y el presidente de la CDH estatal, Heriberto Antonio García, advirtieron sobre las nulas condiciones de seguridad. La funcionaria reveló que había retenes y que había riesgo de confrontación.
Encinas se negó a escuchar el informe oficial y prefirió constatar por su cuenta lo que ocurría.
Las unidades continuaban avanzando escoltados por policías federales y estatales con paso cauteloso hacia el lugar. Sin embargo, en el paraje El Diamante se marcó el alto y se ordenó el regreso.
El comisionado estatal de la policía de Oaxaca, Alberto Quezada y uno de los jefes de la caravana, corroboraron que un kilómetro antes de llegar a San Juan Copala, había barricadas montadas con piedras y palos y un numeroso grupo de mujeres que formaban una valla en el camino.
También constataron que el lugar había gente armada y realizaron disparos al aire.
El informe preocupó a Encinas, que a las 16:35 pidió a sus acompañantes a optar por la retirada.
En sus palabras afirmó que no pondría en riesgo la integridad de nadie, “esta caravana cumplió con su objetivo” y urgió a los grupos que disputan el territorio triqui “a aceptar a sentarse a dialogar para alcanzar pronto una paz larga y duradera”.
Rechazó que se haya buscado algún fin político y dijo que solamente se buscaba la reconciliación de un pueblo que durante años ha sido víctima de abusos e injusticias.
Milenio
