Oposición siria se moviliza por intervención militar extranjera

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Miles de manifestantes contra el régimen desfilaron este viernes en Siria para reclamar una “intervención militar inmediata”, antes de que el emisario Kofi Annan comunique al Consejo de Seguridad de la ONU las conclusiones de su misión en ese convulsionado país.

 

Al término de la oración del viernes a mediodía se registraron manifestaciones a pesar de la presencia del ejército, en especial en las regiones de Homs (centro), Alepo (norte) y Deraa, cuna de las protestas en el sur.

“El pueblo quiere una intervención militar, que se arme al Ejército Sirio Libre (ESL) y la caída del régimen”, gritaron varios miles de manifestantes reunidos en Alepo, ciudad que durante mucho tiempo estuvo poco afectada por las protestas contra el régimen, según un militante en el lugar contactado por teléfono por la AFP.

La revuelta, que comenzó hace un año, el 15 de marzo de 2011, cobró un giro y se militarizó. La oposición, así como algunas monarquías del Golfo, piden que se arme a los desertores reagrupados en el ESL, algunos reclaman una intervención militar extranjera.

Por el contrario, el régimen, que celebra el apoyo del pueblo en la lucha contra “las bandas terroristas” a quienes atribuye los hechos de violencia, movilizó el jueves a decenas de miles de manifestantes en respaldo al presidente Bashar al Asad.

El viernes, la televisión estatal difundió imágenes de una multitud con banderas sirias reunida en una importante plaza de la capital.

En un país más dividido que nunca, un año después del comienzo de la revuelta popular, Annan debe presentar al Consejo de Seguridad de la ONU hacia las 14H00 GMT por videoconferencia desde Ginebra las conclusiones de su visita a Siria el fin de semana pasado cuando se reunió en dos ocasiones con Asad.

Desde que comenzó la revuelta el 15 de marzo de 2011, más de 9.000 personas, en su mayoría civiles, murieron en Siria, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Annan, enviado de la ONU y de la Liga Árabe, dejó Siria sin obtener un acuerdo para un cese de la violencia. Pero quedó en contacto con las autoridades sirias.

El miércoles recibió una respuesta de Asad a sus propuestas para una solución a la crisis, pero subrayó que pidió precisiones. Su misión estaba focalizada, según él, en la necesidad “de un cese inmediato de la violencia y de las muertes, de un acceso a las organizaciones humanitarias y de un diálogo” político.

La ONU debe participar este fin de semana, por primera vez, en una misión humanitaria en Siria “organizada por el gobierno” sirio, según la responsable de operaciones humanitarias de Naciones Unidas, Valerie Amos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se declaró muy inquieta por la seguridad alimenticia en Siria, en particular para 1,4 millones de personas.

Además, la ONU estima en más de 30.000 los sirios refugiados en los países vecinos y en unos 200.000 los desplazados dentro del país.

Por el momento la situación está bloqueada en el Consejo de Seguridad, pues Pekín y Moscú, aliados del régimen, frenan toda resolución de condena a la represión.

El canciller ruso Serguei Lavrov indicó que su país utiliza sus contactos con el régimen para hacer que coopere plenamente con Annan.

“Los otros miembros del Consejo de Seguridad deben también hacer su trabajo y pedir por su lado a la oposición que no provoque una escalada de la situación”, subrayó.

El bloque de potencias occidentales y países árabes se rehúsa a poner al mismo nivel a las fuerzas del régimen que reprimen la revuelta y a los opositores armados que afirman que defienden a los civiles.

Pero aunque condenen al régimen, las potencias occidentales se oponen sobre la idea de una intervención militar y son reticentes, a diferencia de Catar y Arabia Saudita, a armar a la oposición, en especial cuando ésta empieza a mostrar signos de división.

A modo de protesta contra “la persistencia del régimen en masacrar a su pueblo (…) y rechazar todas las iniciativas en vista de una solución”, las seis monarquías del Golfo decidieron cerrar sus embajadas en Damasco, según el jefe del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abdelatif al Zayani.

Por su lado Ankara recomendó a sus ciudadanos que dejaran Siria, en donde “los acontecimientos presentan serios riesgos para la seguridad”.

AP