Al menos 67 personas murieron ayer y 185 resultaron heridas en una ola de atentados en Bagdad, en el primer estallido de violencia en el país desde que se desató una grave crisis política tras la salida de las fuerzas militares estadunidenses del territorio iraquí.
A primeras horas de ayer, once coches bomba, tres artefactos, un proyectil Katiusha y uno de mortero explotaron en distintos barrios de la capital iraquí, tanto de mayoría suní como chií, reveló una fuente del ministerio de Sanidad.
El atentado más mortífero ocurrió en el barrio de Al Karrada, en el centro de la ciudad, donde al menos 23 personas murieron y 46 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba cerca del organismo gubernamental de la Transparencia, que se encarga de la lucha anticorrupción, según una fuente del ministerio del Interior.
El segundo ataque más sangriento fue en el céntrico distrito de Al Alaui, donde dos artefactos estallaron consecutivamente en una plaza donde se concentraron jornaleros y ocasionaron la muerte de al menos dieciséis personas y heridas a 43.
También se registraron víctimas por explosiones en los distritos de Al Dura (sur), en la calle Al Magreb (norte), Al Harizia (oeste) Bab al Muadam (centro), entre otros.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, afirmó en un comunicado que el tiempo y el espacio en el que se produjeron los ataques confirman la naturaleza política de los objetivos de los terroristas.
“El momento de estos crímenes y los lugares elegidos confirman la naturaleza política de los objetivos que quieren alcanzar (sus autores) a través del crimen y el asesinato de civiles inocentes”, se agregó en la nota.
Al Maliki hizo un llamado a las fuerzas de seguridad y al ejército para que intensifiquen las medidas y “cumplan con su deber al máximo grado de disciplina para proteger a los ciudadanos y actuar para acabar con las lagunas en seguridad que aprovechan estos asesinos”.
También solicitó “no caer en reacciones a las que los criminales están intentando empujarles para alcanzar sus objetivos malvados”.
Mientras, el gobierno estadunidense condenó la cadena de atentados y pidió a los líderes iraquíes que dialoguen para poner fin a la crisis política que vive el país.
“Condenamos enérgicamente los ataques terroristas contra iraquíes inocentes”, motivados por “odio”, afirmó ayer la Casa Blanca en un comunicado.
Intentos como éste de “descarrilar el progreso continuo de Irak fracasarán”, añadió el mensaje del gobierno de Barak Obama en un comunicado.
Agencias