El presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo francés, Francois Hollande, coincidieron ayer sobre el imperativo de impulsar el crecimiento y el empleo en Europa, en un cierre de filas que no pudo extenderse al futuro de la colaboración conjunta en Afganistán.
Tras un primer encuentro en la Casa Blanca, ambos mandatarios coincidieron en la urgencia de apuntalar los esfuerzos para gestionar de la forma más sabia la actual crisis en la eurozona, pero mantuvieron sus desacuerdos sobre los planes de Francia para retirar sus más de 3 mil tropas en Afganistán hacia fines del 2012.
El encuentro de Obama y Hollande se produjo unas horas antes de que arrancara la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), en la residencia presidencial de Campo David, con la crisis y las elecciones en Grecia el próximo 17 de junio como telón de fondo. También ocurrió en la víspera de la cumbre de la OTAN en Chicago, que tiene lugar mañana y el lunes.
“El presidente Obama apuesta por la convergencia de los planes de austeridad con un plan de crecimiento en Europa”, dijo el mandatario francés al término de un encuentro que concitó las expectativas de quienes ven al nuevo jefe de Estado galo como un aliado importante de Obama para tratar de convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, sobre la necesidad de flexibilizar la camisa de fuerza del pacto fiscal y atender las peticiones de mayores créditos para impulsar la recuperación en países como Grecia, España o Italia.
“La consolidación fiscal debe de ir acompañada con un fuerte programa de crecimiento”, dijo a su vez Obama, para apuntalar así la posición del recién electo presidente francés frente a la rígida posición de Berlín. Según confirmó Hollande, tanto Obama como él coincidieron en la necesidad de que Grecia permanezca dentro de la zona euro, una posibilidad que dependerá en buena medida de las elecciones de junio, cuando las dos principales fuerzas políticas de centro-derecha y centro-izquierda tendrán que medirse de nueva cuenta con una izquierda radical que ha hecho de su discurso antieuropeo la clave de su éxito.
Sin una rueda de prensa de por medio, trascendió que el presidente de Estados Unidos no pudo arrancar a Francois Hollande un principio de compromiso para evitar que las tropas francesas se retiren del esquema de apoyo de la OTAN en Afganistán hacia fines del 2012.
Más tarde, Obama recibió en la residencia presidencial de Campo David a los jefes de Estado y gobierno del G-8.
Obama dio la bienvenida, en el retiro presidencial en las montañas de Catoctin, a los jefes de Estado y de gobierno de Canadá, Stephen Harper; de Japón, Yoshihiko Noda; del Reino Unido, David Cameron; de Italia, Mario Monti; de Rusia, Dimitri Medvedev, además de Hollande y de Merkel.
Agencias