El presidente Barack Obama anunció este martes en Varsovia (Polonia) una iniciativa para reforzar la ayuda militar a los países del flanco oriental de la OTAN, inquietos por las acciones de la Rusia de Vladímir Putin en Ucrania —país fronterizo con Polonia— y la anexión de la región ucrania de Crimea.
“He venido aquí”, dijo Obama en una rueda de prensa, “para reafirmar el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Polonia”. “Cualquier nueva provocación rusa tendrá un nuevo precio”, añadió, en alusión a las sanciones que EE UU y la Unión Europea han impuesto a Rusia desde que en febrero estalló la crisis en Ucrania.
La iniciativa, que obligaría al Congreso de EE UU a proveer hasta mil millones de dólares (más de 730 millones de euros) adicionales, quiere “demostrar el apoyo a los aliados que han contribuido de forma enérgica y valiente a las operaciones de la Alianza [Atlántica] en Afganistán y otros lugares y que ahora están profundamente preocupados por la ocupación rusa y el intento de anexión de en Crimea, y por otras acciones provocadoras en Ucrania”, según un comunicado de la Casa Blanca.
Varsovia es la primera etapa de una gira de Obama que le llevará a Bruselas y Francia, y que marca el regreso de Europa como preocupación fundamental de EE UU, tras unos años de desinterés en los que este país intentó un giro hacia Asia. El giro —pivote asiático, en la jerga Washington— no ha quedado aparcado, insiste la Casa Blanca, pero tras las acciones del presidente ruso, Putin, en Ucrania el Viejo Continente ocupa de nuevo el centro de las prioridades.
En una breve declaración tras aterrizar en la capital polaca, Obama dijo que la seguridad de Europa es “el fundamento” de la seguridad de EE UU, y además es “sacrosanta”. “Es un compromiso especialmente importante en este momento”, añadió.
Obama se ha reunido en Varsovia con el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, y el primer ministro Donald Tusk. La iniciativa de EE UU es “una buena respuesta, importante para la región y no sólo para Polonia”, dijo Komorowski en la rueda de prensa. El presidente polaco anunció una propuesta para aumentar el presupuesto de defensa de su país.
En la misma rueda de prensa, Obama instó a los países occidentales de la OTAN a incrementar los presupuestos de defensa. “Hemos visto un declive en el gasto”, dijo. “Esto debe cambiar”.
Obama participa por la tarde de este martes en una cumbre con jefes de Estado y de Gobierno de los países de la región. El miércoles tiene previsto un encuentro con Petro Poroshenko, elegido presidente de Ucrania en las elecciones del 25 de mayo. La visita coincide con el 25. aniversario de las primeras elecciones parcialmente democráticas en Polonia, que dieron la victoria al movimiento Solidaridad y aceleraron el fin del dominio soviético en Europa central y oriental. El presidente de EE UU, acusado a veces de descuidar el apoyo a los derechos humanos en favor de la realpolitik, pronunciará un discurso en ocasión del aniversario.
La iniciativa militar de Obama contempla un aumento de los ejercicios, el entrenamiento, el equipamiento y la presencia de norteamericanos en los países de Europa central y oriental. También refuerza la presencia de la Navy, la Armada de EE UU, en los mares Negro y Báltico. E incluye la promesa de una mayor cooperación y un compromiso para ayudar a mejorar la defensa de Ucrania, Georgia y Moldavia, países que no pertenecen a la OTAN y que Moscú considera en su esfera de influencia.
En rigor, lo anunciado en Varsovia supone reforzar medidas que EE UU ya ha adoptado en los últimos meses como respuesta a la inestabilidad en Ucrania. Pero las promesas del presidente de EE UU en Varsovia pretenden ser un gesto fuerte, un mensaje a los aliados europeos que se sienten amenazados por Putin: el poderío militar de la primera potencia mundial está a su servicio. El mismo mensaje se dirige a Putin.
Las medidas, sin embargo, evitan mencionar una ayuda militar directa a las fuerzas armadas de Ucrania, una de las peticiones del Gobierno de este país. La vía de las sanciones, según Obama, ha funcionado, porque EE UU y la UE han logrado aislar internacionalmente a Putin y las elecciones presidenciales han podido celebrarse.
La Casa Blanca cree que hay margen para la esperanza en Ucrania. El presidente de EE UU celebró en la rueda de prensa que Rusia haya retirado las tropas desplegadas cerca de la frontera con Ucrania. Ahora, continuó, Putin debe “ejercer su influencia” en los milicianos prorrusos del sur y el este de Ucrania para que cese la violencia, reconocer el resultado de las elecciones ucranias y dialogar con el Gobierno de Kiev. Ocurra lo que ocurra, “es justo decir que requerirá un tiempo reconstruir la confianza”, dijo Obama.
El tratado de la OTAN obliga a EE UU en la defensa de sus miembros —entre ellos, Polonia y los países bálticos— ante un eventual ataque ruso, pero el paraguas aliado no incluye a Ucrania, que no es miembro de la organización.
Las relaciones de Obama con los países de Europa central y oriental han sido complicadas. Tras la alianza estrecha que la guerra de Irak propició entre los EE UU de George W. Bush y la “nueva Europa” (como la llamó su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld), Obama optó por una actitud más distanciada. Anunció un reset —o puesta a cero— de las relaciones con Rusia y renunció al proyecto de escudo antimisiles en esta región que había impulsado Bush.
La crisis de Ucrania lo ha cambiado todo. La idea de que, más de dos décadas después del final de la guerra fría, EE UU podía desentenderse de Europa —donde todavía tiene a 67.000 militares— para centrarse en Oriente Medio y Asia, ha quedado archivada. Obama ha regresado. Y Polonia es un país esencial en la estrategia de EE UU para contener a Putin.