El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presionó a su par Hu Jintao para que China le de más libertad a sus 1.300 millones de habitantes, redoblando la contundencia de su mensaje en un tema delicado y polémico entre las dos potencias.
“Como dije antes y le repetí al presidente Hu, como estadounidenses tenemos algunas visiones centrales respecto a la universalidad de ciertos derechos, como la libertad de expresión, de religión, que creemos que son muy importantes y que trascienden las culturas”, dijo Obama. “He sido muy cándido con el presidente Hu sobre estos temas”.
“La historia demuestra que las sociedades son más armoniosas, las naciones más exitosas y el mundo es más justo cuando se respetan los derechos y las responsabilidades de todas las naciones y todas las personas, incluyendo los derechos universales de todos los seres humanos”, había dicho antes Obama durante una ceremonia fuera de la Casa Blanca.
Obama fue criticado en su país por no haber hablado en términos más fuertes cuando visitó China en noviembre del 2009.
La aparición de Hu en la rueda de prensa fue una victoria en sí misma para la Casa Blanca. El presidente chino raramente responde preguntas de la prensa y los colaboradores de Obama habían presionado mucho para tener contacto con los periodistas.
Cuando fue consultado por el tema de los derechos Hu no contestó. Pero cuando se le volvió a preguntar, el líder chino culpó a la traducción y a ciertos problemas técnicos por su silencio.
Hu finalmente sostuvo que “aún debe hacerse mucho” en China con respecto a los derechos, mientras insistió en que se han logrado enormes progresos.
“China está siempre comprometida con la protección y promoción de los derechos humanos”, destacó Hu.
El líder chino fue consultado por este tema después que Obama utilizara parte de su declaración de apertura en la conferencia de prensa para decir que Estados Unidos apoya el diálogo entre China y representantes del Dalai Lama y quiere que Pekín respete los derechos religiosos del pueblo tibetano.
Hu dijo que China respeta la “universalidad de derechos humanos” y dijo que ha hablado sinceramente sobre este asunto muchas veces con Obama.
China tradicionalmente desestima las críticas a sus antecedentes en derechos humanos como interferencia en sus asuntos internos.
Obama había pedido a China que respete más los derechos humanos en un calibrado discurso de bienvenida a Hu.
“Sociedad armoniosa” es una consigna ideológica clave del Gobierno de Hu, que está intentando mantener el férreo control del poder del Partido Comunista en una economía cada vez más abierta al mercado.
La visita de Estado de cuatro días del presidente chino se ha convertido en una oportunidad para plantear inquietudes de parte de los defensores de las minorías chinas, como los uighures y los tibetanos, los activistas de la democracia encarcelados y otros grupos oprimidos, que le han pedido a Obama que plantee el tema tanto en público como en privado con Hu.
Obama también fue presionado por algunos legisladores estadounidenses, que argumentan que el presidente, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2009, tiene el deber de hablar públicamente sobre el ganador del 2010, el escritor y defensor de los derechos humanos Liu Xiaobo, que está preso en China.
En un discurso clave sobre China la semana pasada, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, instó a Pekín a liberar a Liu y a “muchos otros presos políticos, incluyendo aquellos que están bajo arresto domiciliario o soportando desapariciones forzosas”.