Obama exige a republicanos terminar con “esta farsa”

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El gobierno federal estadunidense continuó parcialmente paralizado ayer por quinto día, por lo que el presidente Barack Obama acentuó la presión sobre la oposición republicana al pedir al Congreso que adopte rápidamente un nuevo presupuesto para detener “esta farsa”.

En ese marco, aunque sin tocar la cuestión clave de la parálisis —la ausencia de presupuesto para el ejercicio presupuestario 2014, que se inició el 1 de octubre—, los legisladores de la Cámara de Representantes lograron ponerse de acuerdo ayer para remediar una de sus consecuencias.

En la mañana, aprobaron por unanimidad, 407 votos frente a 0, una medida que permitirá a los 900 mil empleados federales obligados a tomar vacaciones forzosas sin sueldo recibir su paga de forma retroactiva para todos los días perdidos de trabajo, hasta que la parálisis llegue a su fin.

Eric Cantor, número dos de los republicanos en la Cámara de Representantes, donde son mayoría, se felicitó de que los legisladores “hayan tomado nuevas medidas para tratar de aliviar el dolor provocado por la parálisis presupuestaria”.

En ese marco, el secretario estadunidense de Defensa, Chuck Hagel, anunció la restitución la semana próxima de “la mayor parte de los empleados civiles” del Pentágono obligados a tomar vacaciones sin sueldo por el bloqueo presupuestario, que afectó a los 400 mil empleados del Departamento de Defensa.

Debido al desacuerdo entre los legisladores para lograr la aprobación del presupuesto 2014, Obama anuló su gira a Asia y se dirigió con dureza a sus adversarios republicanos en su mensaje semanal de radio y televisión.

“Vayan y voten. Paren esta farsa y pongan fin al cierre (shutdown, como se conoce a este bloqueo en inglés) ahora”, dijo el presidente.

El mandatario acusó al “ala derecha del partido Republicano” de oponerse al voto del presupuesto en la Cámara de Representantes, donde, según él, la mayoría de los legisladores de ambos partidos está dispuesta a votar.

Los republicanos, que se oponen a la reforma de la salud —conocida como “Obamacare” y aprobada en 2010 y refrendada por la Corte Suprema— cuya implementación entró en vigor el martes pasado, rechazan votar un presupuesto que no recorte su financiamiento.

Los republicanos amenazan con atar a esta negociación presupuestaria la autorización para que Estados Unidos emita más deuda.

Pero Obama advirtió que no cederá al chantaje. “No pagaré un rescate a cambio de la reanudación de la administración. Y por supuesto no voy a pagar un rescate a cambio del aumento del tope de la deuda”.

Sin un acuerdo que permita aumentar el tope legal de endeudamiento del país antes del 17 de octubre, Estados Unidos podría entrar en moratoria por primera vez en su historia.

El tope de endeudamiento, que se alcanzó en mayo, es de 16.7 billones de dólares, y el déficit mensual ronda los 60 mil millones de dólares que deben ser obtenidos en los mercados financieros.

Para acentuar aún más la presión de los republicanos, el secretario de Estado, John Kerry, advirtió que una crisis presupuestaria prolongada en Washington podría debilitar la posición de Estados Unidos en el mundo.

“Si [la situación] se prolonga o se repite, la gente podría empezar a poner en duda la voluntad de Estados Unidos para mantener el rumbo y su capacidad para hacerlo. Pero no es el caso y no creo que lo sea”, dijo Kerry en una conferencia de prensa antes de la apertura mañana de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en la isla indonesia de Bali.

Agencias