El presidente de EE.UU., Barack Obama, defendió su plan para una reforma migratoria que legalice a la población indocumentada, convencido de que el país está listo para sacarla adelante y de que la medida está “al alcance”.
“Estoy acá hoy porque ha llegado la hora de una reforma migratoria integral de sentido común”, dijo Obama durante el primer discurso de su segundo mandato, ante un auditorio repleto en la escuela secundaria Del Sol High School.
“Creo que estamos finalmente en un momento en el que la reforma migratoria integral está a nuestro alcance”, añadió el presidente.
Obama señaló que si bien la reforma migratoria ha sido un asunto divisorio en EE.UU. y que el debate en el Congreso se pondrá “más caldeado”, esta iniciativa es necesaria “para que fortalezcamos nuestra economía y el futuro de nuestro país”.
“La buena noticia es que por primera vez en muchos años, tanto republicanos como demócratas parecen estar listos para lidiar con este problema juntos”, señaló Obama, al subrayar más adelante que ya existe un cimiento “para una acción bipartidista”.
En una de las partes más aplaudidas del discurso, Obama dijo que “para que funcione una reforma migratoria integral, tienen que quedar claro desde el principio que habrá una vía para la (eventual) ciudadanía”.
“A menos que ustedes sean indios-americanos, todos ustedes vienen de otro país”, ha advertido el presidente.
Según explicó Obama, la reforma migratoria debe incluir: el fortalecimiento de la seguridad fronteriza; una vía para la eventual legalización y ciudadanía de los indocumentados; sanciones para empresas que contraten a sabiendas a los indocumentados, un sistema para verificar el estatus migratorio de los empleados, y mejoras en el sistema de visas para que EE.UU. siga atrayendo talento extranjero.
Obama dijo que quienes quieran ganarse la legalización tendrán que someterse a una revisión de antecedentes penales, pagar una multa e impuestos, aprender inglés, y “ponerse en cola” para tramitar la residencia permanente.
Una propuesta presentada el lunes por un grupo bipartidista del Senado supedita la legalización a la seguridad fronteriza y, además, establece un sistema de rastreo de quienes entran con visas temporales, y exige que la mayoría de los indocumentados primero obtenga un permiso temporal antes de tramitar la residencia, entre otros elementos.
Para Obama, nadie disputa que los 11 millones de indocumentados violaron las leyes al cruzar ilegalmente a EE.UU., pero “la abrumadora mayoría de estos individuos no están buscando problemas, son miembros que contribuyen a la comunidad (…) y son parte del tejido” social del país.
Obama señaló que los inmigrantes han contribuido a la creación de empresas como Intel, Instagram, Google y Yahoo, y que una de cada cuatro nuevas empresas de alta tecnología han sido impulsadas por inmigrantes.
Por ello, Obama consideró que la reforma migratoria tiene que también mejorar el sistema legal de visas para que EE.UU. siga siendo “un imán para los mejores y más brillantes de todo el mundo”.
Asimismo, Obama defendió los logros de su Gobierno durante el primer mandato para reforzar la seguridad en la frontera sur, con más agentes sobre el terreno y una reducción en los cruces ilegales en casi un 80 % respecto al año 2000.
Además, señaló que las medidas policiales han estado dirigidas principalmente a la deportación de criminales, que se encuentran “en su nivel más alto”.
La mexicana Zuleyma Barajas, de 22 años, viajó hasta Las Vegas con su familia desde Van Nuys (California) para presenciar el discurso y, en declaraciones telefónicas con Efe, afirmó que Obama ha insuflado de esperanzas a la comunidad inmigrante.
“Queremos que la reforma sea justa y más inclusiva, que nadie se quede afuera. Queremos una reforma que ayude a unir a las familias, y no separarlas como ocurre con las deportaciones, y el mensaje de Obama es una buena señal”, dijo Barajas, quien se benefició el año pasado con el decreto presidencial para suspender la deportación de estudiantes indocumentados.
Obama presentó sus propuestas en Nevada, un estado clave que ganó en 2008 y 2012, y donde los hispanos conforman el 27 % del electorado.
Según indicó hoy el Centro Hispano Pew, los aproximadamente 11,1 millones de indocumentados forman parte de un universo total de 40,4 millones de inmigrantes en 2011, o un 13% de la población total en EE.UU..
Las propuestas delineadas por Obama emanan de la “hoja de ruta” que presentó en mayo de 2011 pero, a diferencia de lo que promueve un grupo negociador de ocho líderes del Senado, el mandatario prefiere una vía más directa hacia la eventual legalización de los indocumentados.
La reforma migratoria, una promesa incumplida de Obama de 2008, cuenta con el respaldo de una amplia coalición de grupos hispanos, cívicos, académicos, religiosos, sindicales y empresariales, que considera que esta reforma es un imperativo “moral” y “económico”.
EFE