Obama desafía a los republicanos con un cambio de gabinete

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El presidente Barack Obama lanzó ayer un fuerte desafío a los republicanos al nombrar a su hasta ahora embajadora ante las Naciones Unidas (ONU), Susan Rice, una diplomática rechazada por la oposición, como nueva asesora de Seguridad Nacional tras la renuncia de Tom Donilon, quien ocupó el cargo durante los últimos cuatro años.

Samantha Power, escritora, activista por los derechos humanos y actual miembro del Consejo de Seguridad Nacional, ocupará el lugar de Rice en la ONU.

El cambio en la cúpula del poder en la Casa Blanca es un golpe de efecto múltiple. Por un lado, Obama coloca en altos puestos de confianza a dos mujeres luego de ser criticado por la gran ausencia femenina en el gabinete de su segundo mandato. Pero sobre todo es un abierto desafío a la oposición republicana, que impidió que Rice pudiera asumir la Secretaría de Estado, puesto para el cual la designó Obama a fines del año pasado y que finalmente ocupó John Kerry.

“Susan es una servidora pública consumada, una patriota que pone a su país primero”, dijo Obama al anunciar su nombramiento.

Rice, quien a partir de ahora será su mano derecha en política exterior y de seguridad, asumirá el puesto a comienzos de julio, cuando entre en vigor la dimisión del hasta ahora asesor Tom Donilon. Obama afirmó que es una mujer “apasionada y pragmática”, que “no tiene miedo y es dura”.

En la ONU, Rice forjó una reputación de tenaz negociadora con una visión progresista. La funcionaria, de 48 años, fue una de las primeras asesoras de política exterior de Obama en su campaña presidencial de 2008 y se convirtió en la primera mujer negra en servir como embajadora de los Estados Unidos ante la organización.

El año pasado, se vio obligada a retirarse de la lista de candidatos a la jefatura de la diplomacia estadounidense por las críticas que recibieron sus explicaciones iniciales del ataque contra el embajador Chris Stevens y tres norteamericanos más en la ciudad libia de Benghazi, en septiembre pasado.

La embajadora había dicho, después del ataque, en varios programas de TV, que se había generado espontáneamente tras una manifestación debido a la difusión de un video sobre Mahoma considerado insultante para algunos musulmanes. Cuando finalmente se confirmó que se trató de un ataque terrorista organizado, sus palabras reavivaron la ofensiva republicana por la actuación de la Casa Blanca en el asunto.

Obama, que en su momento defendió a Rice, se toma en cierto modo ahora su revancha, ya que al contrario que el puesto de secretario de Estado, el de asesor que asumirá Rice no requiere la aprobación del Senado, por lo que no puede ser bloqueado por los republicanos.

Durante la ceremonia de nombramiento de Rice, Obama elogió al asesor saliente, Donilon, por haber “formulado todas las políticas de seguridad nacional” de su presidencia, incluso el renovado enfoque en las relaciones con Asia.

Más allá de los logros de Donilon, que además del giro de las políticas de seguridad hacia Asia incluyen la estrategia norteamericana en Afganistán y haber lidiado con las consecuencias de la “primavera árabe”, The New York Times destacó ayer que en los últimos tiempos el funcionario tuvo problemas con la publicación de un perfil poco halagüeño en la revista Foreign Policy, que lo muestra como un mal jefe que tenía tensas relaciones con sus colegas.

En tono conciliador, el senador republicano John McCain se expresó en Twitter sobre el nombramiento de Rice: “Obviamente estoy en desacuerdo con la designación de Susan Rice como asesora de seguridad nacional, pero voy a poner todo mi esfuerzo en trabajar con ella en asuntos importantes”, tuiteó.

Agencias