El debate sobre el aborto y el derecho de las mujeres a la contracepción volvió a colocarse ayer en el debate electoral de Estados Unidos, luego de que el presidente Barack Obama considerara como extremadamente “ofensivo” el comentario de un candidato republicano contrario al aborto que sugirió que hay diferentes tipos de violación y que una mujer violada tiene mecanismos naturales para evitar un embarazo no deseado.
“Una violación es una violación (…) La idea de que hay diferentes tipos de violación es claramente ofensiva y no tiene sentido para el pueblo estadounidense ni para mí”, aseguró Obama en una aparición sorpresiva en la sala de prensa de la Casa Blanca. “Este tipo de declaraciones dejan en claro por qué razón no es bueno tener a un grupo de políticos, la mayoría de ellos hombres, tomando decisiones en materia de salud que atañen a las mujeres”, remató.
La inesperada intervención del presidente, cuando faltan menos de tres meses para las elecciones, habla de los buenos reflejos de Obama para machacar a su adversario republicano, Mitt Romney, frente a un tema que sigue causando una preocupante pérdida de apoyos entre la base electoral femenina.
Según la más reciente encuesta de NBC, Obama lleva una delantera de 15 puntos a Romney entre el electorado femenino, sector que será decisivo en las elecciones.
A sólo una semana de la convención en Tampa, Florida, que le ungirá como candidato del Partido Republicano a la presidencia, Romney intentaba ayer apagar el incendio ocasionado por uno de sus correligionarios cuando aseguró que “las violaciones legítimas” no suelen acabar en embarazo de la mujer “porque su cuerpo reaccionará en contra de éste de manera natural”. El responsable de estas declaraciones explosivas ha sido el candidato republicano a senador por el estado de Missouri, Todd Akins, quien además insistió en que cuando la mujer sufre una violación “hay que castigar al violador, pero no al niño que es inocente”.
“Estas declaraciones son insultantes, inexcusables y francamente equivocadas”, aseguró Romney para acallar los reclamos y las críticas que le llovieron desde todos los frentes.
Este intento de Romney por desmarcarse de unas declaraciones que podrían causarle serios estragos en las presidenciales, fue reforzado desde sus cuarteles de campaña con un comunicado de carácter inequívoco: “Tanto Mitt Romney como su candidato a vicepresidente, Paul Ryan, no están de acuerdo con la declaración del señor Akin y una administración Romney-Ryan no se opondría al aborto en casos de violación”, indicó la portavoz de la campaña republicana, Amanda Henneberg.
En medio de esta intensa polémica, desde los cuarteles del Partido Demócrata en Chicago los operadores de campaña no tardaron mucho en exhumar las resoluciones y pronunciamientos de Paul Ryan, congresista por Wisconsin y compañero de fórmula de Romney, quien en reiteradas ocasiones ha sostenido que el aborto es una medida que “sólo es aceptable cuando la vida de la mujer está en juego”, pero no cuando es producto de una violación. “Es realmente indignante la forma en que los republicanos están tratando de mandar a las mujeres nuevamente a las eras más oscuras”, denunció la congresista demócrata por Florida, Debbie Wasserman, presidenta del Comité Democrático Nacional.
Agencias