Nadie es profeta en su tierra.
Me ha costado mucho exponer mi obra en México.
Trabajé en el campo y fui indocumentado.
Ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014.
“Como bien dice la frase, ‘nadie es profeta en su tierra’. Comento esto porque, desgraciadamente, ni en Oaxaca ni en México, me han dado la oportunidad de exponer mi trabajo como artista; sin embargo, en muchos países del extranjero me han abierto las puertas y han reconocido mi obra”, asegura el maestro Carlomagno Pedro Martínez.
El artista originario de San Bartolo Coyotepec, explica que en Canadá, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Suiza, París, Japón y Alemania, hay mucha gente que compra y colecciona su trabajo. “Si en tu Estado y país no proyectan tu arte, tienes que salir a buscar y, afortunadamente, en el extranjero me han dado un lugar”.
“Me ha costado mucho exponer mi obra en México, por mi postura, mi manera de ser, mi descendencia indígena. La gente que según es intelectual piensa que mi trabajo sólo es artesanal, y a muchos encargados de los espacios culturales no les gusta porque piensa que como tengo raíz de artesano debo de ir a un mercado”.
El artista Oaxaqueño que el 10 de octubre de 2014, recibió de manos del Secretario de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet, el premio Nacional de Ciencias y Artes. Dice que regularmente recibe invitaciones de otros países para impartir talleres o conferencias, y que de Oaxaca, solo ha recibido una, a lo largo de sus más de 30 años como artista.
Premios y reconocimientos
- En 1985 recibió su primer reconocimiento por su trabajo en Tlaquepaque, Jalisco.
- Primer lugar de escultura, Gran Premio de Arte Popular. Querétaro (1986).
- Premio Nacional de la Juventud en Artes Populares (1988)
- Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones Populares (2014). Este galardón está considerado como el más alto reconocimiento a la comunidad científica, artística e intelectual de México.
“Al recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes, me hizo volver a creer en mi gente, y a pensar que aún hay personas que se fijan en lo que uno hace”.
Una de las grandes motivaciones que tiene este artista oaxaqueño, es haber creado el Museo Estatal de Arte Popular de Oaxaca, ubicado en San Bartolo Coyotepec. “Después de ganarme el premio nacional de la juventud, me dije que una forma de agradecer ese reconocimiento, era crear el museo”.
“Muchos me critican porque piensan que el Museo es mi modus vivendi, pero se equivocan, porque yo vivo de la venta de mi obra artística y colaboro con mucho gusto para poder proyectar este espacio”.
Su experiencia con el barro negro ha sido su proyecto de vida porque nació dentro de un taller de su familia. Su papá Eleazar y su mamá Cecilia, fueron unos excelentes maestros y parte fundamental que cimentaron en mí, el amor por este trabajo, “según me cuenta mi madre, desde los cuatro años, empecé a realizar diversas figuritas en barro”.
Recuerda que el año 1982, lo buscó el maestro Roberto Donís, creador del Taller de artes Plásticas Rufino Tamayo. “El maestro Donís, estaba en el aeropuerto cuando vio unas piezas de barro que unos señores de Puerto Rico, llevaban de este lugar. La escultura era una lucha libre entre un diablo y un esqueleto, y el maestro pensó que se trataban de piezas eróticas y que lo hacía una personas mayor”.
Roberto Donís, acompañado por el pintor Filemón Santiago, fueron a buscar a Carlomagno a San Bartolo Coyotepec. Ellos fueron los que lo contactaron por primera vez, y quienes lo acercaron al mundo de las artes plásticas. A partir de ahí inició su formación como artista, porque fue seleccionado para formar parte de la primera generación del Taller de arte Rufino Tamayo. “para mí fue lo máximo encontrarme en ese mundo de maestros jóvenes creadores como son los maestros Felipe Morales López, Edi Martínez, Emiliano López Javier, Atanasio García Tapia, Filemón Santiago, Ariel Mendoza y Juan Alcázar. Todos ellos eran entes creativos y yo estaba jovencito, ávido de conocimiento, de expandir mi creatividad”.
Inició en la gráfica, “recuerdo que hice una litografía con la dirección del maestro Atanasio García”. Aprendió dibujo, la técnica del óleo y la acuarela.
La meta que tiene el maestro Carlomagno, es empezar a gestionar por medio de su trabajo, una Universidad para los hijos de los campesinos, “a los 17 años fui indocumentado, fui un joven que quería salir de la marginación, trabajé en el campo con mi padre, porque el barro es complementario en la vida rural. No tuve la suerte de ir a una universidad, por eso para mí, fue una gran oportunidad cuando me invitaron al taller de artes plásticas Rufino Tamayo”.
“Los jóvenes indígenas siempre pensamos en superarnos, por eso muchas veces nos vamos a Estados Unidos o formamos parte del ejército”.
Al maestro Carlomagno, le llegó una invitación de Argentina para acudir del 2 al 4 de septiembre, a un congreso de 400 museos del mundo por considerar que el Museo Estatal de Arte Popular, es el prototipo de un Museo de Origen indígena y comunitario.
Por el momento, el artista está planeando una exposición de 30 piezas, la cual será una retrospectiva entre 1989 y 2015, que podría llevarse a cabo en aproximadamente dos años en Chicago.
Por Janet Martínez
Vía Viral Noticias