El ser humano, al nacer, afirmó Bonaparte, lleva consigo el derecho natural a la ración de los frutos de la tierra que le son necesarios para subsistir. Pero, subrayaba, esto no se logrará en tanto la desigualdad e impunidad entre los individuos prevalezca y sea propiciada por la ley y los gobernantes[i].
Lo anterior aplica con la realidad que vive y padece Oaxaca cuna de dos gobernantes de México: Benito Juárez y Porfirio Díaz, ambos presidentes de la República que hicieron historia dentro y allende las fronteras.
Sin embargo, destaca y sorprende que siendo poderosos presidentes de la República, Oaxaca continúe siendo de los dos Estados más pobres de México y el caldo de cultivo de una organización sindical que obstaculiza la educación, el desarrollo integral, el turismo seguro, la libertad de tránsito y el ejercicio pleno de la administración pública federal y estatal. Esa organización es la CNTE.
Olvido, imposibilidad, desinterés, atraso social imposible de impulsar, ¿qué fue lo que pensaron estos dos gigantes del poder político en México respecto a su estado natal que les impidió desarrollarlo como correspondería a todo individuo que amó su tierra?
Es posible que sus respectivas órdenes y recomendaciones a los gobernadores en turno, a los legisladores y a los hombres del comercio incipiente, no hayan sido obedecidas ni escuchadas. Un ¡Si señor! a la instrucción presidencial y como si no pasara nada: Obedézcase pero no se cumpla.
Fueron muchos y difíciles los momentos de estos dos estadistas como presidentes de la República y tal vez el tiempo dedicado al país no marchara al mismo ritmo con Oaxaca. Lo cierto es que el Estado, hasta ahora, permanezca situado en ese penoso y dramático estado de subdesarrollo. Quizás, más hundido que antaño debido a esa desigualdad de la que hablamos al principio. Ricos más ricos y pobres más pobres. Solo eso ha cambiado debido al saqueo practicado por sus gobernantes con plena impunidad por haber sido y ser incondicionales del presidente en turno.
Pero no solo ha sido la CNTE con el IEEPO y otras organizaciones populares o campesinas las que han saqueado y mantenido a Oaxaca en el atraso y el olvido del desarrollo integral de México. No olvidemos a los otros culpables; aquellos que propiciaron el delito de origen y que, más tarde, en alianza con sus adláteres, convertirían a Oaxaca en lo que es todavía: El botín sexenal del gobernante en turno.
El drama educativo que se padece tuvo su origen en 1992, cuando el entonces gobernador, Heladio Ramírez, firmó un acuerdo llamado la “Minuta de 1992” con la Sección 22 de la CNTE[ii]; en el que se aceptaba ceder todo el control de la educación del Estado más todas las canonjías y privilegios que ello implica como el no tener descuentos por faltas de los profesores a sus clases; manejar el presupuesto de la educación; el control y herencia de plazas magisteriales, el otorgamiento de 500 becas para los hijos de los trabajadores; el otorgamiento, en aquel tiempo, de 10 mil millones de pesos para dos programas de vivienda; la regulación de las relaciones laborales; el diseño del sistema educativo; la asignación de plazas y la relación directa con los padres de familia, es decir, el gobernador Ramírez López, entregó todo el poder y control de la educación a la Sección 22 de la CNTE a cambio de que le permitieran trabajar sin violencias como gobernador.
Lo que hizo Ramírez López, fue darle vida a un monstruo que por 24 años controlaría el poder educativo del Estado. Los gobernadores posteriores a Heladio Ramírez, prefirieron convertirse en cómplices y miembros invitados de la mafia para poder hacer todo aquello lo que les permitió la impunidad mas no gobernar.
El monstruo creció y se engalló con los gobiernos de Diódoro Carrasco, José Murat, Ulises Ruiz y Gabino Cué, disputando más poder, más control del gobierno estatal. Las luchas entre ellos y sus grupos políticos desgastaron más a las instituciones obligando a cada uno y en su momento, a pactar con el Frankenstein que había consolidado su poder y transformarse en una organización insaciable a pesar de los millones y millones recibidos como los 300 entregados recientemente.
Cierto es que, como gobernador, Ulises Ruiz enfrentó a la CNTE en una batalla sangrienta, pero finalmente el gobierno del Presidente Vicente Fox decidió no continuar la lucha y dejo “hacer y dejar pasar”.
Con Diódoro Carrasco y José Murat la situación no cambio, por el contrario, se agudizó profundizando las raíces de poder de la CNTE hasta colocarla como la líder predominante en Guerrero, Chiapas y Michoacán[iii].
Cinco gobernadores han ejercido y compartido el poder, los dineros y privilegios con la CNTE en Oaxaca. La situación del Estado no ha cambiado salvo esa gestión tan discutida y violentada como ha sido la Reforma Educativa, que permitió modificar “la Minuta 22” firmada por Heladio Ramírez y confirmada por los gobernadores que le siguieron: Carrasco, Murat, Ruiz y Cué. Reforma que situó al sistema educativo en las manos y dirección de quien debe tenerlo: El Estado.
Ese es el debate precisamente, es la batalla que ahora se libra en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas, al enfrentarse la CNTE contra el Estado con toda la impunidad que se le ha permitido sin importar los derechos de las mayorías frente a las prerrogativas de esa desigualdad que lacera a los más débiles.
El tiradero que se está dejando en Oaxaca a la próxima administración es enorme; habrá que observar si las formas de trabajar de Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco, José Murat, Ulises Ruiz y Gabino Cué, se imitarán y prolongarán el poder de la CNTE o se decide limpiar la casa de tanto desaseo.
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[i] Jean Tulard.Napoleon ou Le Myth du Sauveur. www.ed-critica.es
[ii] Joe Foweraker, Popular mobilization in Mexico. The teachers movement 1977-1987 (Canada, Cambridge University press, 1993).
[iii] Maria Lorena Cook. Organizing Dissent. Unions, The State, and The Democratic Teacher’s Movement in Mexico (San Bernardino. CA: The Pennsylvania State University Press, 1996).