“No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo…”.
No te rindas
Mario Benedetti
Monterrey, Nuevo León.- El periodismo en Oaxaca se mueve en dos escenarios: el que crece disperso, confundido y subestimado frente al que ejerce presión con el prestigio de la marca, la cuota publicitaria y el acuerdo político.
Es el viejo modelo que no muere y el nuevo modelo que no nace. Es el esfuerzo personalizado sin compromisos empresariales, y el concepto tradicional de empresa familiar o política donde el servicio es corregir imágenes públicas.
Ninguna de esas circunstancias ubica a la información periodística como base para comprender el fenómeno social que va desde la filtración de una conversación telefónica privada hasta explicar el porqué o el para qué de las decisiones de los hombres y mujeres públicos.
Menos se construyen opciones para la rentabilidad del negocio con la venta del producto y del servicio, la inversión publicitaria o la especialización como ventaja comparativa.
Es decir, para quienes aún enarbolan las banderas por la libertad de expresión, la verdad y la independencia, la batalla periodística en Oaxaca, que se presume inició con el gobierno del cambio, se perdió antes de comenzarla.
El primer efecto se observó con el cambio de reglas del nuevo gobierno estatal, se agudizó con el reacomodo de grupos de poder y colapsó con la crisis de la economía local.
El segundo, ocasionó la concentraron de los presupuestos en un grupo de medios de comunicación capitalinos, mientras se multiplicaban centenares de medios como forma de subsistencia individual, principalmente portales de noticias o cuentas de Facebook y Twitter.
El tercer efecto fue la ausencia de contenidos periodísticos, menos interés en comunicar, transmitir y diferenciar lo verosímil de lo veraz, lo creíble de lo verdadero, lo que orilló al periodismo en Oaxaca a quedar en estos momentos como un agente social, de contrapeso, atrapado y sin salida.
- Análisis y estrategia política.
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