Desde Huautla de Jiménez, ciudad en la Región de la Cañada, en la Sierra Mazateca, Andrés Manuel López Obrador, líder supremo de MORENA, lanzó sus misiles contra dos ex-gobernadores. De uno, Ulises Ruiz Ortiz, solo mencionó su nombre; del otro de José Murat, lo criticó porque, según Andrés Manuel, el ex-gobernador “cree que los cargos son hereditarios, cree que vivimos en una monarquía”.
Agregó, que en su “bola de cristal” ve que los oaxaqueños deben de estar alerta “porque es probable que el candidato del PRI al gobierno de Oaxaca podría ser el hijo del ex-mandatario quien es un junior, que tiene propiedades en el extranjero, residencias y departamentos en Nueva York y Miami.” López Obrador volvió a la carga con sus declaraciones acusando al ex-gobernador de no vivir en la realidad, como en alguna ocasión señalo Porfirio Muñoz Ledo en el sentido de que el ex-mandatario confundía a Irak con Oaxaca. “Cree que los cargos son hereditarios, cree que vivimos en una monarquía y se pueden heredar los cargos, se le olvida que vivimos en una República, y el pueblo es el que decide”.
Es claro que, Andrés Manuel López Obrador, se refirió a los actos de nepotismo que se podrían dar en Oaxaca en las próximas elecciones en las que estará en juego, precisamente, la gubernatura del estado. Y se podrían dar si tomamos en cuenta que la Constitución Federal y la Local fueron ignoradas por los Legisladores Locales, a fin de hacer reformas electorales que omitieran requisitos de residencia y, en lugar de aplicar la ley original de 5 años, la redujeron a 3 años, es decir, a modo y con clara dedicatoria para un aspirante que no cumplía el requisito anterior. En estos días, puede incluso que hoy mismo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación definirá su postura en cuanto a la Acción de Inconstitucionalidad (57/2015) que presentó, precisamente, MORENA. Si se diera el caso de que declararán válida la Reforma Electoral “a modo”, sin duda, Andrés Manuel tendría razón en sus críticas y acusaciones por que los actos de nepotismo quedarían más que claros, veamos porque:
Nepotismo significa actos de favoritismo hacia familiares o amigos para facilitarles el acceso a ocupar cargos públicos por el solo hecho de ser familiares o amigos, sin importar si se tienen los méritos o no. Estos hechos ya están calificados como delitos en la administración pública al considerarse que son actos de corrupción, toda vez que la persona accede a un cargo público por su cercanía y lealtad al gobernante o ex-funcionario con poder de hacerlo.
No dudo que estos actos corruptos se continúen haciendo. No obstante, me quedan dudas cuando en el caso Oaxaca no solo cuenta la voluntad de un solo individuo, por más poder y propiedades que haya reunido en su andar político. Recordemos a Hans Morgenthau en su obra “La Lucha Por el Poder y Por la Paz”; escribió que la política de prestigio es un elemento tan intrínseco de las relaciones entre las naciones como el deseo de prestigio entre los individuos. “La persona busca confirmación, reconocimiento social por parte de sus amigos”. Solamente en el tributo que los otros pagan a su “bondad, inteligencia y poder lo reafirma porque cree que le son debidos”, que son pago de facturas. Pero los tiempos cambian, son el antes y el después, tiempos en los cuales la posición de poder del gobernante se expresa en varias formas, desde un déspota hasta aquel que entendió la misión de su mandato.
Napoleón, por ejemplo, una imagen lo muestra en la cumbre de su poder; pero hay otra que lo muestra cuando dejó la cumbre atrás. Para un gobernante, dejar de ser es lo más difícil. De ahí que el nepotismo como acto humano, pero corrupto, se intente repetir en aquellos territorios que las naciones lo permitan, para satisfacer la obsesión de volver a ser, no importa si es a través de otro. Para cerrar, la política de prestigio también debe entenderse no solamente como un egocentrismo exagerado no, por el contrario. El prestigio se gana con actos de respeto hacia los demás, con honestidad, con sabiduría, con experiencia, con el ejemplo de saber gobernar en beneficio de los representados y no de uno mismo. Nuestros actos hablan más que uno mismo.
Por eso creo que la decisión que habrá de tomar el PRI, próximamente, respecto a las candidaturas en Oaxaca, no dependerán de la voluntad de uno solo, el PRI no es eso ahora. Por el contrario, un cuadro político con experiencia y madurez, a toda prueba, está al frente de la institución como lo es Manlio Fabio Beltrones. Dudo mucho que su prestigio político lo ponga en juego por un acto de nepotismo como en Oaxaca se pretende llevar a cabo, según López Obrador.
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