Duele decirlo, pero Oaxaca parece el gobierno de todos, pero la tierra de nadie, donde el orden y la paz pública suenan a meros discursos de campaña.
Hoy, las cifras y estadísticas aquí mencionadas parecen muy poco comparado con las necesidades de gobernanza que nuestra entidad requiere, pues si bien es cierto no podemos negar la intensión institucional por construir una nueva gobernabilidad democrática que busque mediar tensiones que emergen de la pluralidad, que construyan acuerdos e implementen acciones que den respuesta a las carencias gubernativas heredadas: debemos manifestarlo con total claridad falta aún mucho por hacer.
Las comparecencias deben ser espacios de oportunidad para señalar los errores del gobierno pero también momentos de reflexión para aportar propuestas en beneficio de todos y todas, lo que menos requiere Oaxaca son protagonismos estériles entre aquellos que acusan y aquellos que defienden.
Los datos manifestados en el segundo informe de gobierno del Lic. Gabino Cué Monteagudo y por ende ratificados en esta comparecencia, no son lo que más me preocupa, pues la estadística buena o mala termina siendo solo eso, estadística.
Parece poco lo realizado, y a los ojos de muchos resulta inútil toda la operación política para pacificar el Estado, sin duda se siguen escuchando detonar los cañones de las armas, sin duda los gritos de sollozos y las palabras hechas coro de muchos grupos sociales indicando que todo sigue igual también siguen siendo parte del entorno, y seguramente con este y con los gobiernos que vengan seguirán existiendo.
Debemos pugnar por un gobierno eficiente, de acciones inmediatas, un gobierno respetuoso de la libertad pública y social: pero debemos cuidar también que el gobierno no sea medroso o timorato del ejercicio de la ley.
Ningún gobierno que aplica la ley y actúa con justicia, se arrodilla frente a presiones ni chantajes; pero de igual manera ningún gobierno que busca imponer orden se convierte en represivo.
Oaxaca, tiene grandes problemas en cuanto a gobernabilidad se refiere, los altos niveles de injusticia y desigualdad social, que son el móvil de las marchas, los bloqueos y los plantones. Pero también la parálisis política de los tres niveles de gobierno que no ha comprendido que la responsabilidad es de todos.
Seguramente estas comparecencias serán escenario para escuchar en repetidas ocasiones que quien no tenga la capacidad que renuncie, mas esa posición no resuelve el fondo del problema. Oaxaca es complejo y todos lo sabemos, y por corresponsabilidad debemos trabajar por atender demandas sociales políticas y económicas básicas.
La política de Estado se hará más eficiente cuando se atienda la seguridad pública, cuando se combata la corrupción, cuando se luche contra la pobreza y la falta de empleo, cuando la rendición de cuentas sea un ejercicio diario, somos muy optimistas o muy comodinos al pensar que un solo hombre por el carácter que tiene puede restablecer solo la paz pública si es que en algún momento ha existido.
Señor Secretario General de Gobierno:
La participación activa, decidida y solidaria de un servidora para alcanzar la paz y el progreso de Oaxaca es un compromiso que asumí al respaldar un proyecto de gobierno y es un compromiso que pienso cumplir de manera permanente.
Para concluir quiero preguntar a usted lo siguiente:
¿Cuáles fueron los motivos para que la Sección XXII no firmara el Acuerdo de Gobernabilidad y Concordia para el Estado de Oaxaca, que propusiera el Gobernador Gabino Cué Monteagudo?
¿Por qué se ha permitido que lejos de que los funcionarios públicos hagan su trabajo, pareciera que son los más interesados en que persistan los problemas sociales y lo brotes de violencia?