Paso a paso, Oaxaca va encontrando el rumbo del orden educativo; del equilibrio y la aplicación de la ley; de la estabilidad social, hasta hace poco, convulsionada por el gremio magisterial (CNTE), y su violento brazo armado conocido como “el bloque negro.”
Tuvieron que pasar 32 años y el hartazgo de la sociedad oaxaqueña para que se pusiera fin al imperio de la violencia, del chantaje y de la corrupción por parte de un organismo que adolece de todo lo negativo que una institución como la CNTE puede tener. Es por ello que las autoridades judiciales iniciaron, desde el 24 de julio pasado, una investigación de los miembros principales del llamado “bloque negro”, encontrando que en efecto, 15 de ellos son directamente responsables de los crímenes cometidos contra la sociedad oaxaqueña y que van desde haber quemado urnas electorales durante los comicios del pasado 7 de julio hasta motines, incendio de autobuses, violencia material contra instituciones federales y estatales, cobrar salarios y no impartir clases, como es el caso de Rubén Núñez Ginés y del secretario de organización, Francisco Villalobos Ricardo, y los que resulten con la presunta sospecha de lavado de dinero y, por supuesto, ataques contra las vías generales de comunicación a nivel federal y estatal, investigaciones que siguen su curso.
Estas órdenes de aprehensión se dieron a conocer el pasado martes por si existía alguna duda de que la aplicación de la reforma educativa no estará sujeta al chantaje de la mafia magisterial. Sin embargo, afirman las autoridades judiciales, que al solicitar un juicio de amparo los integrantes del “bloque negro”, se tuvieron que revelar los nombres de los ahora 15 prófugos de la ley, los cuales se habían mantenido en secrecía.
Cabe mencionar que Núñez y Villalobos no están incluidos dentro de las ordenes de aprehensión (por lo pronto), no obstante, será muy fácil, si así se requiere), el aplicarles la justicia por la serie de violaciones a la ley que han cometido durante su dirigencia, y por consecuencia las debidas ordenes de aprehensión.
A partir del inicio a clases hoy, 24 de agosto del 2015, se da inicio en Oaxaca a una realidad diferente en lo educativo, (por lo pronto). Sin embargo, y en la medida del correr del tiempo, la población se dará cuenta que vivir en un estado de violencia y de incertidumbre constante bajo el yugo de la ley del más fuerte, resulta aberrante, intolerable; aun tratándose de nuestro Estado que ha soportado atrasos en todos los rubros, aun teniendo maravillosas riquezas naturales.
Pobreza, caciquismo de gobernantes, saqueo de los presupuestos oficiales, violencia de grupos de poder, de interés y sindicalismos criminales como la APPO y la CNTE, han azotado a una población integrada por 570 municipios, varios de ellos, regidos por los usos y costumbres. Tenemos, los oaxaqueños, el último lugar en la tabla de 32 entidades que conforman a México, el último lugar en desarrollo educativo a causa de los 32 años que la CNTE tuvo todo el poder en esta actividad, la cual es un derecho humano que periódicamente la coordinadora le negaba a millón y medio de estudiantes, suspendiendo las clases de acuerdo a sus intereses sindicales, fundamentalmente, con marchas, ataques a las instituciones federales y estatales, a las vías de comunicación, incluyendo carreteras y cierre de escuelas.
De tal suerte, que a partir de hoy, Oaxaca inicia una nueva etapa en la educación. Un nuevo rumbo, al haber puesto fin a una aberrante etapa que profundizó el atraso educativo de millón y medio de educandos. Este perjuicio contra los derechos humanos, como decía el presidente Miguel de la Madrid, “perdónenlo, pero no lo olviden”. Lo debemos tener presente todos los días para no volver a correr riesgos con mesías alucinados que usan a las masas para sus propios fines y no para el interés general, como afirmaba J: J. Rousseau en el “Contrato Social”.
El daño, sin duda, ha sido enorme.
Un nuevo concepto de hacer las cosas se inicia en Oaxaca, forma de aplicar la ley que deberá ser pareja, para todos. Conciliar los intereses mayoritarios con los minoritarios en base a la razón y a la ley como responsabilidades de los ciudadanos y del gobernante. Hoy se puede hacer, pues se cuenta con todo el apoyo político y lo que es más importante, el de la población que se gobierna.
El reto implica, a partir de ya, una nueva forma de hacer las cosas, usando el valor y la ley sin temor, pues la fuerza la da el pueblo. No formar ni apoyar más a los cacicazgos y sindicatos corruptos sino formar ciudadanos que preserven el orden social y político. Con la verdad se habla y se debe gobernar, haciendo a un lado los honores y vanidades que no significan sino bajas y vanas adulaciones para las cuales es mejor no oírlas que dejarse arrastrar por éxitos fugaces.