* La toma por asalto de la capital oaxaqueña por los bloqueos de porros impuestos como autoridades y maestros universitarios, y sicarios del narcomenudismo asentado en el campus universitario, es un asunto de seguridad nacional que debe atender la federación.
* El movimiento social ciudadano Unidos por Oaxaca #UNO promueve demandar de manera masiva, pacífica y legal, que las autoridades de los tres órdenes de gobierno respeten y hagan respetar la ley, a través de Quejas por la violación de Derechos Humanos.
A dos semanas de los bloqueos de los sindicatos municipales resurgió el secuestro y toma como rehén de la ciudad, por el sitio impuesto por los bloqueos de la corruptocracia enquistada en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
La toma por asalto de la capital oaxaqueña por los bloqueos de porros impuestos como autoridades y maestros universitarios, y sicarios del narcomenudismo asentado en el campus universitario, es un asunto de seguridad nacional que debe atender la federación.
En Oaxaca la dictadura del cinismo mayúsculo que ampara y protege las amplias redes de complicidad de la corrupción garantizan hasta ahora total impunidad a quienes saquean los recursos públicos de los municipios, del Gobierno del Estado y de la UABJO.
El ex rector Eduardo Martínez Helmes, vinculado a proceso, autorizó miles de pesos en artículos personales en Liverpool al ex director de Contaduría, Jhovany Cabrera Ramos, además pagó 191 mil en banquetes a su hermana. La corrupción no debe refugiarse en la autonomía universitaria.
Y el saqueo se da, a través de la probable comisión de delitos del fuero común y federal, desviación de recursos, peculado, enriquecimiento ilícito, evasión fiscal, mediante el esquema outsourcing, lavado de dinero y venta de drogas en el campus universitario.
Con justa razón el gobernador Alejandro Murat afirmó que defenderla contra la corrupción, es defender la autonomía de la UABJO al aclarar que él no decide la liberación del exrector y manifestó su respeto a la Máxima Casa de Estudios.
A riesgo de indignar a las hipócritas buenas conciencias y a los políticamente correctos, a nuestro juicio, es más grave todavía la apatía, cobardía y complicidad de la mayoría de la población para defender su libertad de tránsito.
De nada sirve mentar la madre y maldecir a los dirigentes, activistas y milicianos de los grupos de presión que chantajean a las autoridades con bloqueos de calles y carreteras y la toma de casetas de peaje, si no nos organizamos ciudadanamente y actuamos utilizando herramientas legales.
Según se dio a conocer en mensajes difundidos en las redes sociales en los bloqueos en la capital oaxaqueña se llegó al extremo de impedir la circulación a vehículos que trasladaban a personas enfermas, afectando su salud y exponiendo su vida.
La actitud de indiferencia, cobardía y/o complicidad de los habitantes de la ciudad de Oaxaca confirma la entronización de un fenómeno sociopolítico no menos grave: los gobiernos tienen los pueblos que merecen.
Es de uso común sostener de manera general que los pueblos tienen los gobiernos que merecen, pero estos, en el peor de los casos, incurren en abusos del poder traducidos en ineptitud, arbitrariedades y corrupción, porque los pueblos se los permiten.
Toda persona y pueblo que es incapaz de defender su vida, libertad y dignidad, abdica de su derecho natural a la legítima defensa y, en consecuencia, no tiene ningún sentido que se queje ante las injusticias y arbitrariedades sufridas.
No se trata de convocar a la violencia y a la confrontación con los dirigentes, activistas y milicianos de las alrededor de 500 organizaciones políticas y sociales que frecuentemente de manera recurrente bloquean calles y carreteras.
Se trata, en cambio, de demandar de manera masiva, pacífica y legal, que las autoridades de los tres órdenes de gobierno respeten y hagan respetar la ley, como lo promueve el movimiento social ciudadano #UNO.
Unidos por Oaxaca sugiere y recomienda interponer decenas y cientos de Quejas ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Esta simple acción, obligará a la DDHPO y de la CNDH, a intervenir, emitir una Recomendación y demandar a las autoridades federales, estatales y municipales, atender la solución de los bloqueos que estrangulan a la capital oaxaqueña.
No hay ningún pretexto ni causa justificada que impida interponer decenas y cientos de Quejas por la violación a nuestros derechos humanos a la libertad de tránsito desde la comodidad del hogar oficina o negocio de manera electrónica.
De no atender las Quejas la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por la violación de los derechos humanos a la libertad de tránsito y a la paz social, se puede acudir al Juicio de Amparo.
Al interponer decenas y cientos de demandas de Amparo el escándalo nacional e internacional obligará a intervenir al Poder Judicial de la Federación y a la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, y si no lo hacen, se puede acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
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