Oaxaca de Juárez abre sus brazos a visitantes nacionales y extranjeros

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20-oaxacaLa ciudad de Oaxaca, de verde cantera y cielo brillante, está preparada para recibir la visita de miles de visitantes nacionales y extranjeros, quienes durante el mes de julio arriban a la entidad para conocer y disfrutar de sus tradiciones y folclor.

El municipio capitalino, en coordinación con las instancias estatales y federales, ha implementado una serie de acciones que buscan garantizar el sano disfrute de las calles, tradiciones, gastronomía y música que hacen de Oaxaca de Juárez, una tierra mágica y llena de color.

Caminar por las calles de Oaxaca es una experiencia que llena los sentidos. Desde el zócalo capitalino, rodeado por históricos portales donde se escribieran los Sentimientos de la Nación y Don Benito Juárez vislumbrara una nueva República, hasta el Complejo Arquitectónico de la Soledad, cuya fachada del siglo XVII son reflejo del pasado histórico que hace única a la cultura oaxaqueña.

Desde lo alto del cerro del fortín, se aprecia el majestuoso Templo de Santo Domingo de Guzmán, tesoro colonial que llena de orgullo los corazones oaxaqueños. Sus retablos dorados y fachada monumental roban el aliento a quienes las visitan.

Es la ciudad patrimonio, cuya riqueza ancestral y sus calles de trazo perfecto son reconocidas por el mundo.

 Una vez aquí, es difícil no perderse en la belleza de sus edificios históricos, en las texturas que llegan al paladar con cada sorbo de mezcal, resistirse a bailar al ritmo del jarabe del valle y vibrar con las notas del Dios Nunca Muere.

¿Quién no ha caído rendido ante el  mundo de colores, sabores y texturas que se conjugan en los mercados de Oaxaca? Sus siete moles, las aguas tradicionales, las nieves de leche quemada con tuna, una tlayuda recién hecha y los dulces típicos, hacen de la visita a la tierra de Juárez, una experiencia inolvidable.

 No es raro escuchar la marimba mientras vas pasando, o encontrar una calenda, que animosa entre marmotas y gigantes danzantes, van invitando a la fiesta seguir bailando. La alegría de la gente de Oaxaca se contagia, su calidez y amor por su tierra, serán el mayor recuerdo para quienes los visitan, personas de todas las latitudes que año con año, son recibidas con los brazos abiertos.