
Diana Méndez
Oaxaca de Juárez vive este 18 de diciembre una de sus celebraciones religiosas más significativas con motivo de la festividad de la Virgen de la Soledad, considerada la Patrona de los oaxaqueños y una de las advocaciones marianas de mayor arraigo en el estado. Para los fieles católicos, esta fecha representa un día de profunda alegría, devoción y encuentro comunitario.
Desde las primeras horas, la ciudad se llena de ambiente festivo con calendas, verbena popular y la instalación de juegos mecánicos sobre la calle de Independencia, donde familias enteras se congregan para participar en las actividades religiosas y culturales que acompañan esta tradicional celebración. La imagen de la Virgen luce solemnemente adornada, recibiendo muestras de fe y gratitud por parte de los creyentes.
Como marca la tradición, a la medianoche se entonaron las tradicionales mañanitas en honor a la Virgen de la Soledad, momento en el que cientos de peregrinos arriban para expresar sus plegarias, agradecimientos y peticiones, reafirmando una devoción que se ha transmitido de generación en generación.
La Virgen de la Soledad es una advocación mariana que representa a María en su dolor y soledad tras la crucifixión y sepultura de Jesucristo, simbolizando fortaleza, consuelo y esperanza en medio del sufrimiento. En Oaxaca, su figura es un emblema de identidad y fe, cuyo centro de veneración es la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, construida en el siglo XVII y considerada uno de los templos más importantes del estado. El culto a esta imagen se remonta al último cuarto del siglo XVI y destaca, además, por la riqueza artística de la imagen, cuya corona de oro y diamantes es ampliamente reconocida.
En este día especial, Oaxaca se viste de oración, tradición y esperanza para rendir homenaje a quien ha sido, por siglos, consuelo de los afligidos y protectora de su pueblo. La festividad de la Virgen de la Soledad no solo reafirma la fe de los creyentes, sino que también fortalece los lazos comunitarios y mantiene viva una herencia espiritual que define la historia y el corazón del pueblo oaxaqueño.







