El G-20 llamó a Estados Unidos a generar un consenso político que permita el ajuste fiscal que se requiera para regresar las finanzas públicas a un camino de sustentabilidad, pero no tan grande como para poner en peligro su crecimiento y el de México y Canadá.
“La reflexión entre los miembros del G-20 en torno a la posibilidad de que EU caiga en un precipicio fiscal era de que no tenía un contexto electoral específico”, dijo el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Tanto él como el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, destacaron que en EU están conscientes de que la decisión que se tome no sólo atañe a ese país, sino al mundo en general.
La recuperación económica es frágil y “sería muy importante que no se viera interrumpida por un evento como el precipicio fiscal”, apuntó Carstens.
Lagarde advirtió que quien será elegido hoy como presidente de EU enfrentará el reto del abismo fiscal y el techo de la deuda.
Confirmó que se tienen reuniones con las autoridades mexicanas respecto a la ampliación de la línea de crédito flexible que nuestro país contrató con el FMI.
El Financiero